Para Edificar

Para Edificar

Mientras la mayoría de profesionales aprecian la retroalimentación para ayudarles a crecer, en la mayoría de casos las notas anónimas no son de ayuda. Mi abuelo, una vez, me contó una historia sobre un predicador que recibió una nota en su buzón de la iglesia que simplemente decía, “Idiota.” Y así el siguiente Domingo el pastor se levantó en frente de las miembros de la iglesia y dijo, “Saben, en todos los años de ministerio he recibió muchas cartas en donde se les olvida a las personas escribir su nombre – pero esta es la primera vez que alguien escribió su nombre y ¡se les olvidó escribir las palabras de la carta!”

Hay momentos en los que necesitamos decir lo que está en nuestro corazón. Ya sea a nuestro pastor, compañero de trabajo, vecinos o cónyuges, la forma en que lo decimos hace toda la diferencia.

El apóstol Santiago nos recuerda que “Si alguien se cree religioso, pero no le pone freno a su lengua, se engaña a sí mismo…”

El apóstol Pablo le da a esto un giro positivo. Él nos anima a hablar, “…que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean bendición para quienes escuchan.”

El día de hoy, que tus palabras concedan gracia a quienes escuchan.

Oremos: Recordamos las palabras del Salmo 139: No me llega aún la palabra a la lengua cuando tú, Señor, ya la sabes toda. Y, sin embargo, nos amas todavía. Vigila nuestras palabras hoy. Ayúdanos a pensar en lo que queremos decir y cómo queremos decirlo. Bríndanos espíritus de gracia que busquen edificar y no destruir. A medida que damos gracia, podamos notar también que la recibamos nosotros mismos. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Daily Message Author: Joe Albright

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