Orando Tal y Como Nos Enseñaron
El mensaje de hoy fue escrito por la pastora invitada Rev. Tasha Blackburn.
Hace varios años, cuando mi sobrino estaba tratando de aprender el Padre Nuestro. La familia lo dice juntos cada noche antes de la cena. Ya casi lo ha aprendido. Él ora: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga mi reino, hágase mi voluntad, en la tierra como en el cielo…”
¡Yo puedo entender cómo pudo cometer el error! Sé que he orado muchas veces para que se haga la voluntad de Dios, pero, en mi corazón, quiero que mi propia voluntad se mantenga firme. Eso fue lo que estaba en mi mente hace unos meses cuando oí el anuncio de uno de los ganadores del Premio Nobel de la Paz de este año.
Con el Padre Nuestro en mi mente, lo que cautivó mi corazón fue una entrevista con la joven. Su nombre es Malala Yousafzai y la vas a recordar. Ella es la chica que recibió un disparo en la cabeza, hace dos años, porque estaba tratando de ir a la escuela. Ahora vive en Inglaterra y ha utilizado su voz para dar empoderamiento a todos esos niños sin voz en su país. En la entrevista habló de cuando era aún joven y pequeña para su edad. Ella dijo esto: “Una vez le pedí a Dios una o dos pulgadas extras de altura, pero en cambio me hizo tan alta como el cielo, tan alta que no puedo medirme a mí misma.”
¡Guau!
¡Necesitamos parar de orar solo para que nuestra voluntad sea hecha y comenzar a decirlo de corazón cuando oramos para que la voluntad de Dios sea hecha! Si seguimos nuestra propia voluntad podemos orar para que crezcamos una o dos pulgadas, pero la voluntad de Dios nos llevaría a alcanzar los cielos. Nunca hubiera sido la voluntad de Malala porque no podría haberlo entendido. Y lo mismo es verdad para ti y para mí. Oramos, “Hágase tu voluntad” porque nuestra propia voluntad no tiene suficiente imaginación para soñar lo que Dios puede hacer con nosotros y a través de nosotros. El día de hoy, oren para que la asombrosa voluntad de Dios se haga en tu vida. Solo Dios sabe a dónde conducirá.
Oración: Dios del cielo y la tierra, de todas las cosas que han sido y serán siempre, hoy ruego que Tu voluntad se haga en mi vida. Oro para que Tu voluntad se haga en la vida de aquellos por los que amo y por los que oro. Oro para que Tu voluntad se haga en este mundo. No mi voluntad, Dios, sino la tuya. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!