Orando en Silencio
Hay una historia sobre un padre e hijo que fueron a comer juntos un día. Cuando el mesero trajo la comida el padre dijo, “Hijo, sólo tendremos una oración en silencio.” Papá finalizó la oración primero y esperó a que su hijo finalizara su oración, pero se quedó sentado con la cabeza inclinada por un inusual largo tiempo. Cuando por fin levantó la cabeza, su padre le preguntó, “¿Qué en este mundo te hizo orar por todo ese tiempo?” Con la inocencia y honestidad de un niño, él respondió, “¿Cómo voy a saber? Era una oración silenciosa.”
La verdad es que, a veces, las oraciones silenciosas son las mejores. Nos permiten espacio para escuchar la constante y pequeña voz de Dios. Hoy, pido que puedas encontrar tiempo para sentarte en la presencia de Dios y permitir que su Espíritu agite toda tu alma.
Oremos: Guíanos a esos momentos de tranquilidad, Oh Dios, que los tiempos de gozo vengan sobre nosotros. Abre nuestros oídos y nuestros corazones al movimiento de tu Espíritu.
Hoy, oramos especialmente por las personas que trabajan duro y que tienen poco tiempo para descansar. Alzamos a nuestro personal militar, bomberos, policías, fuerzas de paz y trabajadores de asistencia humanitaria. Atráelos cerca de ti. Otórgales tu guía, paz y amor, por medio de Jesucristo. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!