Nunca Abandonado
El mensaje de hoy fue escrito por el pastor invitado, Rev. Hunter Camp.
A veces se puede sentir como si Jesús hubiese dejado este mundo para siempre. Abandonándote a ti y a mí.
El primer recuerdo que tengo de sentirme abandonado sucedió cuando tenía 9 años de edad. Cuarto grado. Se le estaba siendo tarde a mi mamá para ir a buscarme a la escuela. Al principio, me senté debajo de un árbol grande con otros niños. Uno por uno, sus mamás los llegaron a buscar. Me quedé solo. La posibilidad horrorosa cruzó mi mente, en realidad mi mayor temor: mi mamá me ha olvidado. Ella se ha ido. Se ha ido y nunca la volveré a ver de nuevo. Me he quedado solo.
Pareciera que la mayoría de los grandes hombres y mujeres que leemos en las sagradas escrituras se han sentido de esta manera, en un momento u otro. Abraham y Sara después de haber sido prometido un heredero. Moisés deambulando por el desierto. Rebeca, que era estéril. Y los discípulos de nuestro Señor cuando fue clavado en la cruz. La sensación de ser abandonado se encuentra a través de toda la Sagrada Escritura.
En el libro de Juan, Jesús prometió que nunca seríamos abandonados. “Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre: El Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes si lo conocerán, porque vive con ustedes y estará con ustedes.”
El Espíritu Santo es el Espíritu de la esperanza. El espíritu santo de esperanza de Dios nunca abandonará tu lado. Aunque te sientas abandonado, no lo estas. Nunca estarás abandonado. Nunca.
Oremos: Espíritu Santo, oramos para que tu esperanza llene nuestros corazones y los corazones de aquellos necesitados de esperanza. Te pedimos que tu esperanza nos brinde fuerzas y la determinación para hacer frente a los retos de este día. Oramos en el nombre de Cristo, la verdadera encarnación de la esperanza. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!