Nuevo Entendimiento
Ayer reflexionamos sobre la primera carta de Pablo a los Corintios, capítulo 7. Él escribió: “Lo que quiero decir, hermanos, es que nos queda poco tiempo…”
Pablo y la iglesia primitiva esperaban que Jesús regresara en cualquier momento.
La verdad es que: No sabemos cuánto tiempo tenemos. Ya sea que Jesús regrese hoy, mañana, en 500 o incluso en 5000 años, es un hecho ineludible de la vida que no tenemos la eternidad; que todo lo que existe es temporal, fugaz.
Con esto en mente, Pablo continúa este pasaje bíblico. Él escribió:
…los que tienen esposa deben vivir como si no lo tuvieran,
…los que lloran, como si no lloraran,
…los que se alegran, como si no se alegraran,
…los que compran algo, como si no lo poseyeran,
…lo que disfrutan de las cosas de este mundo, como si no disfrutaran de ellas.
Porque este mundo, en su forma actual, está por desaparecer.
(1 Corintios 7:29-31)
Ahora, no estoy muy seguro de qué hacer con todo esto – pero aquí hay un par de pensamientos.
Claramente, Pablo no estaba sugiriendo que vivamos sin matrimonio, sin luto, sin alegría, sin posesiones. De hecho, en esta sección de la carta, Pablo escribe muy claramente acerca de cómo los esposos tienen una responsabilidad hacia sus esposas, las esposas hacia sus esposos y los padres hacia sus hijos. Debemos seguir teniendo estas relaciones y amar profundamente.
Sin embargo, al mismo tiempo, es importante no perder de vista la naturaleza temporal de todo esto. Y esto no es motivo de desesperación, sino de gratitud. Gratitud porque el sufrimiento y la pérdida no tienen la última palabra. Gratitud porque podemos, aunque sea por un breve periodo de tiempo, experimentar la belleza de la vida y del amor.
Pienso en una amiga a la que le habían diagnostica cáncer en etapa cuatro. Hablando con ella, recuerdo que ella me dijo: “Sabes que no quería esto. No es algo que desearía jamás. No se lo desearía a nadie. Pero, en cierto modo, esto ha sido un regalo. He llegado a sentir una gratitud mucho más profunda. He llegado a apreciar cada comida, cada abrazo de un amigo, cada momento con mi hija, mi esposo…he llegado a darme cuenta de lo precioso que es todo…porque no sé cuánto más tiempo tendré.”
La verdad es, no sabemos cuánto tiempo más tendremos…
Mi oración hoy, como ayer, es que tú y yo seamos el tipo de personas que atraviesan esta vida consciente de lo precario y precioso que es todo. Y, que nuestras relaciones, nuestras decisiones y nuestra fe estén siempre moldeadas por esa percepción.
Oremos: Dios misericordioso, que podamos aprovechar cada oportunidad para amar con más fiereza, a dar con más generosidad, a abrir más nuestros corazones y a construir puentes; en tu nombre. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!
