Nuestra Esperanza de Resurrección

Nuestra Esperanza de Resurrección

En el primer siglo en el Imperio Romano, los primeros Cristianos practicaron una costumbre realmente interesante. Llevarían coronas de laurel a sus cementerios y los colocaban en las tumbas. Estas fueron las mismas coronas que se habían utilizado en la cultura Griega y Romana para coronar a los vencedores de los concursos de atletismo. Para estos primeros Cristianos, el ritual simbolizaba su creencia de que en Cristo, hemos recibido victoria incluso sobre el poder de la muerte.

Charles Kingsley fue un pastor Anglicano muy talentoso y querido del siglo XIX. También fue un conocido historiador y escritor. Cerca del final de su vida, tanto él como su esposa, se encontraban en estado terminal en diferentes habitaciones del mismo hospital. Se comunicaban escribiendo notas. Un día su esposa le envió un mensaje a él que decía: “Amado mío, es cobarde de mí temblar ante la realidad invisible de la muerte.” Él respondió: “¡No tengas miedo! No será oscuro, porque Dios es luz. No habrá soledad porque Cristo estará allí.”

Pensé que eso era hermoso. Y esa es nuestra esperanza de resurrección.

En su primera carta a los Corintios, el apóstol Pablo escribió:

Cuando lo corruptible se revista de lo incorruptible, y lo mortal, de inmortalidad, entonces se cumplirá lo que está escrito: La muerte ha sido devorada por la victoria.”

“¿Dónde está, oh muerte, tu victoria?, “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?”

El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley. ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!

Por lo tanto, mis queridos hermanos, manténganse firmes e inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano.”

Oremos: Dios Eterno, ante quien las generaciones se levantan y fallecen, te agradecemos que a través de la resurrección de Jesús hayas vencido los poderes del pecado y la muerte. Ayúdanos a vivir plenamente – aquí y ahora – confiando en que en la vida y en la muerte te pertenecemos. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Daily Message Author: Joe Albright

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