Nombrando a los Demonios

Nombrando a los Demonios

Ayer, reflexionamos sobre cómo expresar nuestro enojo o dolor y nuestras preguntas a Dios. La fe que es capaz de hacerlo suele ser profunda. También es bíblica.

¿Qué pasa si enterramos nuestra ira o dolor? Tiene una forma de resurgir, ¿Verdad que sí? A menudo de maneras realmente poco saludables. Incluso desquitándose con los demás…

A veces nos encontramos con alguien con un resentimiento sobre sus hombros, o una rabia hirviendo justo debajo de la superficie…y pareciera que ni siquiera están seguros de por qué están realmente enojados…Y viene en situaciones inapropiadas. Muy desproporcionado. O, puede ser más bien un hervor silencioso y constante.

Los Padres del Desierto tienen una visión interesante sobre esto. Ellos dijeron que hay que nombrar a los demonios al momento que aparecen. Si los nombras, pierden parte de su poder sobre ti. Pero para hacer eso, debes estar lo suficientemente consciente como para reconocerlos en el momento. “Está bien, lo que siento es ira. Eso son celos, eso es resentimiento. Eso es miedo. Te veo. Te siento ahí dentro.”

La sabiduría de los Padres del Desierto es que no quieres luchar contra ellos. Y no quieres reprimirlos. Quieres reconocerlos. Y si les pones un nombre y les dejas espacio, no se quedarán mucho tiempo. Ellos visitarán, pero no se quedarán.

Ahora bien, soy reacio a llamar demonios a nuestras emociones, pero en mi propia experiencia, hay algo en esto. Y te invito esta semana a que lo pruebes. Nombra las emociones a medida que surjan. Reconócelos ante ti mismo y ante Dios. Confía en que seguirán su curso y que eventualmente la paz de Dios regresará a tu corazón.

Oremos: Dios amoroso, ayúdanos a ver y nombrar todo lo que surge dentro de nosotros. Que en ver y nombrar haya semillas de curación. Te amamos, Señor, y confiamos en ti con todo nuestro ser. En el nombre de Jesús. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Daily Message Author: Joe Albright

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