Mensajeros
En el Primer Libro de los Reyes capítulo 19:5-6 leemos: “De repente, un ángel lo tocó (a Elías) y le dijo: Levántate y come. Elías miró a su alrededor, y vio a su cabecera un panecillo cocido sobre carbones calientes, y un jarro de agua. Comió y bebió, y volvió a acostare.”
Un ángel lo tocó…Mmm…No sé en qué piensas cuando piensas en ángeles. A veces podemos pensar en pinturas renacentistas, pequeños querubines gordos con alas. Pero la palabra hebrea para ángel es simplemente la palabra mensajero. No hay descripción de dicho ángel. De hecho, en el libro de Hebreos del Nuevo Testamento, se nos dice: “No se olviden de practicar la hospitalidad, pues gracias a ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.”
En otras palabras, estos ángeles podrían no ser lo que esperas que sean.
Recuerdo una vez que dejé mis llaves en el auto en una parte terrible de la ciudad de Kingston, Jamaica. Tenía mi tabla de surf en el techo del auto y, ya sabes, ¡no me parezco a los lugareños! Estaba empezando a ponerme muy ansioso, y una persona apareció de la nada y me preguntó si necesitaba ayuda. Él en realidad logró entrar a mi auto en unos 5 segundos. Abrió la cerradura y me entregó las llaves que estaban en el asiento. Y luego se alejó.
No sé si fue un ángel, pero sí creo que Dios a menudo trae a personas a nuestras vidas justo cuando más las necesitamos. Sé que muchos de ustedes han tenido la experiencia de tener a alguien a su lado en un momento bajo y decir las palabras correctas, o tal vez traerles una comida, pagar una cuenta u ofrecerse a orar por ti…A veces está en las pequeñas coincidencias, o lo que parece suerte, conocer a la persona adecuada en el momento adecuado, eso se siente como si algo o alguien más grande estuviera detrás de dichos actos.
Hoy, llevemos esto un poco más allá. Hoy, los invito a estar abiertos a que Dios obre a través de ustedes. Tal vez podrías ser un mensajero, un ángel para alguien más que lo necesite.
Oremos: Te agradecemos por tu gracia, Oh Dios, y por tu providencia. Te agradecemos por las personas que has traído a nuestras vidas a lo largo de los años y que nos han impactado de manera grande y pequeña. Mantennos siempre abiertos a la guía de tu Espíritu. Tal y como hemos sido bendecidos, que seamos una bendición. En el nombre de Cristo. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!