Lo Más Importante
El reverendo Richard Fairchild contó una vez una historia verdadera de su niñez. Tenía el recuerdo de su padre que entraba en la sala de estar y su hermano menor, John, se encogía ligeramente cuando su padre entraba. Percibió que John había hecho algo malo, y entonces vio a distancia lo que su hermano había hecho. El joven había abierto el nuevo himnario de su padre y con un lapicero escribió garabatos en toda la primera página.
Mirando fijamente a su padre con temor, ambos hermanos esperaron el castigo de John. Su padre levanto su precioso himnario, lo miró cuidadosamente y luego se sentó, sin decir una palabra. Los libros eran algo preciado para él; fue un ministro de la palabra con varios títulos académicos. Para él, los libros eran conocimiento. Lo que hizo a continuación fue notable.
En lugar de castigar a su hermano, en lugar de regañar, o gritar, su padre tomó el lapicero de la mano del niño, y luego él mismo escribió en el libro, junto a los garabatos que John había hecho. He aquí lo que escribió el padre: “La obra de John, 1959, edad 2. Cuantas veces he mirado tu bello rostro y en tus ojos cálidos y alerta mirándome y agradeciendo a Dios por el que ahora ha escrito garabatos en mi nuevo himnario. Tú has hecho sagrado el libro, tal y como tu hermano y hermana han hecho tanto de mi vida.”
Me encanta la manera en que el padre manejó esa situación. Tengo que imaginar cómo esos muchachos, mientras crecieron, recordarían dicha situación, leer esas palabras y recordar lo mucho que eran amados. También tengo que imaginar que, a lo largo de los años, mientras el padre miraba el himnario, los garabatos y sus propias palabras, siempre recordará lo que verdaderamente es más importante para él en la vida. Nunca son cosas u objetos. Siempre son las personas que amamos. Fue verdaderamente la respuesta del padre la que hizo sagrado el himnario.
Oremos: Oh Dios, concede que tengamos tal previsión y gracia en nuestras propias relaciones. Que nunca perdamos de vista lo que es verdaderamente importante. Pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
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