Levanta tus Ojos

Norman Rockwell tiene una pintura titulada Lift Up Thine Eyes (Levanta tus Ojos). En su pintura se muestra la magnífica entrada a una catedral urbana. Abovedado por encima de sus puertas góticas se encuentran talladas las estatuas de los profetas, apóstoles y mártires. Y justo en el centro está Jesucristo, sentado en un trono a la diestra de Dios. En la acera, en la parte baja de la catedral, se mueven las multitudes de personas en medio del ruido y los humos de los vehículos y taxis. El pastor de la iglesia acababa de terminar de cambiar el mural de anuncios públicos. El anuncio, escrito para la edificación de los transeúntes, dice: “¡Levanta tus Ojos!” La ironía, por su puesto, está en la escena de abajo. Cada persona en la multitud que pasa está atrapada por sus propios pensamientos. Nadie mira hacia arriba. La mayoría parecen sombríos, acosados y deprimidos. Se apresuran con los ojos pegados al pavimento. Algunos llevan sus maletas como piedras de molino.

¡Qué imagen de la vida moderna! Con qué frecuencia sólo estamos corriendo a través del día, y perdemos la gloria de Dios justo en frente de nuestros ojos. Hoy oro por cada uno de nosotros, el estado de mente para mirar hacia arriba y mirar el alrededor. Que podamos notar lo sagrado, lo santo, y lo Divino en medio de lo ordinario.

Oremos: Dios todopoderoso, que podamos experimentar tu presencia hoy en la risa de un amigo, en la sonrisa de un extraño, en la sensación de una suave brisa, en el repicar de las campanas de la iglesia, en el patrón de las nubes en el cielo, en el brillo de las estrellas o en el regalo de una comida sencilla compartida con otros. A medida que observamos, que podamos alegrarnos y dar gracias. Amén.

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