Lección de Teología del Día
Hay una vieja tira cómica de PEANUTS donde Linus se le inserta una astilla. Cuando Lucy se da cuenta exclama: “¡Ah, Ja! ¡Eso significa que te están castigando por algo! ¿Qué has hecho mal últimamente?” Linus respondió: “¡No he hecho nada malo!” A eso, Lucy responde: “tienes una astilla, ¿verdad que sí? Esa es una desgracia, ¿verdad que sí? ¡Estás siendo castigado con la desgracia porque has sido malo!” Ella continúa, “¡Yo sé todo sobre estas cosas! Yo sé que…” Justo en ese momento, Linus interrumpe, “¡Ya salió! ¡simplemente se salió!” Mientras Lucy se marchaba frunciendo el ceño, Linus dijo: “Así termina la lección teológica del día de hoy!”
La teología de Lucy es errada, aunque desafortunadamente es muy común. A veces las personas piensan que la enfermedad o la desgracia es un signo de pecado. A veces menosprecian a los que están deprimidos. Pero cosas malas también les pasan a las personas buenas. Y a veces hay cosas buenas que le pasan a las personas malas. No sabemos por qué es eso de esa forma.
Lo que sí sabemos es que Dios envió a Jesús a este mundo para compartir nuestro sufrimiento, dolor y angustias. Si bien no hay promesas en las Escrituras de que la vida será fácil – existe la promesa de que Dios está con nosotros – ofreciéndonos fortaleza y valor, paz y esperanza en medio de nuestras pruebas.
¿Qué hubiera pasado si Lucy hubiera consolado y ayudado a su hermano en vez de amontonar las culpas y las fallas? ¡Ahora eso hubiera sido una lección teológica digna de ser enseñada!
Oremos: Amado Dios, no podemos pretender tener todas las respuestas, o entender del por qué las cosas suceden de la forma en que lo hacen. Recordamos a Jesús diciendo que haces que salga el sol sobre el mal y el bien, y envías la lluvia sobre los justos y los injustos. Ya sea que haga sol o llueva en nuestras vidas, ayúdanos a seguir su ejemplo de amor y de entrega a sí mismo. Que podamos encontrar sentido y consuelo en una confianza fundada en tu bondad y a través de nuestro servicio a los demás. Oramos en nombre de Aquel que dio incluso su vida por nosotros. Amén.
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