Las Olimpiadas Especiales
Hace algún tiempo, las Olimpiadas Especiales se celebraron en Seattle, y ocurrió algo hermoso. Nueve concursantes, todos con discapacidades físicas o mentales, se encontraban en la línea de salida de la carrera de las 100 yardas lineales. Cuando la pistola, que anunciaba el inicio, sonó, todos empezaron – no exactamente en línea recta, pero con un gusto por correr la carrera hasta el final y ganar. Pero mientras corrían, un muchacho resbaló y cayó. Se tambaleó un par de veces y comenzó a llorar. Los otros ocho corredores escucharon al joven llorar. Todos se detuvieron, dieron la vuelta y regresaron – cada uno de ellos.
Una niña con síndrome Down se inclinó y le dio un beso en la parte superior de la cabeza, y dijo, “Esto hará que todo sea mejor.” Los otros corredores ayudaron a poner de pie al muchacho caído, y los nueve de ellos unieron los brazos y caminaron juntos, lado a lado, hasta la meta. ¡Todos ganaron! ¡Todos llegaron primero! Todos en el estadio se pusieron de pie, los aplausos duraron diez minutos. Las personas que asistieron todavía cuentan la historia. Las personas que ni siquiera estuvieron allí, dicen que estuvieron.
Como puedes ver, como Cristiano, no tienes que ganar. Tal vez necesitas reducir la velocidad y cambiar de curso – para ayudar a alguien, para asociarse con alguien, para reconciliarte con alguien, para alentar a alguien. Cuando hagas eso, tendrás paz interior y paz con Dios.
Oremos: Dios de amor, te damos las gracias por este día. Perdónanos cuando ofendemos a los demás y a ti. Perdónanos y haznos puros, con la capacidad de sentir tu presencia, tu fortaleza, tu gracia y tu amor. Al sentir tu amor incondicional, habilítanos para que podamos apoyar a otros en su dolor, sufrimiento y soledad. Pedimos estas cosas en el nombre de tu Hijo, nuestro redentor, Jesucristo. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!
Daily Message Author: El Rev. Dr. Roger Kunkel
(November 24, 1934 – June 29, 2011) Biografía