La Sabiduría de Nuestra Fe
Jesús dijo una vez: “Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. (Mateo 7:7) Durante los últimos días hemos reflexionado sobre esto como una invitación a hacer preguntas más profundas.
Soy muy consciente de que a veces nuestras preguntas nos tocan las fibras más profundas del alma: ¿cuál será el diagnóstico? ¿Qué pasará con mi ser querido? ¿Se recuperará? ¿Qué clase de mundo heredarán nuestros nietos? ¿Qué va a pasar con nuestro país?
Vivimos en una época en la que estamos condicionados a querer encontrar respuestas y resoluciones rápidas…a menudo para aliviar la tensión que sentimos ante lo desconocido. Pero la sabiduría de nuestra fe nos aconseja que es precisamente en este punto en el que tenemos que vivir en la tensión, para permitir que la pregunta se pose en nuestro corazón…O tal vez incluso replantear las preguntas mismas…
Tal vez podríamos empezar a preguntarnos: ¿A qué me está llamando este momento? ¿Qué está realmente bajo mi control? ¿Quién estoy llamado a ser frente a esto? ¿Qué me pide este momento? ¿Qué nos pide a nosotros como iglesia?
Jesús dijo: “Pidan…Busquen…Llamen…” Y hay una promesa…Pidan y se les dará… busquen, y encontrarán… llamen, y se les abrirá…”
No se nos da un cronograma. No hay promesas de que las respuestas que obtendremos sean las que estamos buscando…Pero Jesús finaliza con esto:
¿Quién de ustedes, si su hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pescado, le da una serpiente? Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le pidan! (Mateo 7:9-12)
Mientras hacemos las preguntas más importantes, mientras vivimos con ellas en nuestros corazones, confiemos al mismo tiempo en que Dios es bueno, y que nos acompañará en cada paso del camino.
Oremos: Dios de amor, siendo humanos nos enfrentamos al misterio a cada paso. Y luchamos por entender por qué las cosas suceden como suceden. Te pedimos que nos encuentres en nuestras preguntas. Guíanos más profundamente en el misterio y en la fe. Ayúdanos a confiar. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!
