La Oscuridad No Prevalecerá
Tengo un amigo que tuvo que lidiar con un divorcio hace unos años. En la Escuela Dominical, una vez él compartió con nosotros sobre cómo su relación con su esposa había caído a pedazos. Él nos dijo que había un momento en particular cuando él y su esposa estaban peleando, y en medio de esta pelea, él dijo algunas cosas que eran simplemente horribles. Y en el momento en que las palabras salieron de su boca, ella exploto en lágrimas y él supo que estaba equivocado. Él dijo: “Sé que no puedo salvar mi matrimonio, pero haría cualquier cosa, cualquier cosa si pudiera retirar dichas palabras.”
Creo que todos hemos tenido esos momentos en que nos damos cuenta de que hay un sentimiento en el que no somos perfectos. Soy humano, soy de carne y hueso. Estoy destrozado. Y, no es sólo el mundo. Soy yo.
Pero ¿Sabes lo que dicen nuestras escrituras? Afirman que el pecado no tiene la última palabra. Dios lo hace posible. Las escrituras pintan esta bella imagen de un Dios que está obrando, incluso ahora, para sanar y redimir; aceptando al quebrantado, al herido, lo malo y transformándolo en algo bueno y nuevo.
T.S. Eliot en una ocasión escribió:
Siempre habrá la Iglesia
Y el mundo;
Y el corazón del hombre;
Estremecimiento y emoción entre
Ellos, eligiendo y elegido,
Valiente, deshonorable, oscuro y lleno de luz;
Oscilando entre la Puerta del Infierno y la Puerta del Cielo.
Y las Puertas del Infierno no prevalecerán.
La oscuridad ahora, luego la luz.
Oremos: Dios misericordioso, tú sabes cómo luchamos, entre la esperanza y la desesperación, la bondad y el pecado, el amor y el odio. Te agradecemos el día de hoy por tu gracia, por tu perdón, y por la esperanza de que tú haces nuevas todas las cosas. Haznos nuevos, este día, para que vivamos en la plenitud de tu alegría y amor. Oramos en el nombre de Jesús. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!