La Comunidad como Cualidad del Corazón
Estaba escuchando una entrevista con Agustín Fuentes – quien es biólogo y también antropólogo cultural. Realmente fascinante. Y él estaba hablando de cómo el funcionamiento mismo de nuestros sistemas neurobiológicos, nuestro sistema digestivo, las hormonas y las enzimas – que circulan por todo nuestro cuerpo se ven profundamente afectados por nuestras interacciones sociales con los demás.
En otras palabras, que tenemos esta necesidad biológica incorporada de tocar y ser tocados, de hablar y debatir y reír juntos, sonreír e interactuar en grupos. Desde un punto de vista biológico – estas cosas son fundamentales para nuestra salud.
Él afirmo que esto “…simplemente subraya del por qué esta pandemia es tan completamente estresante para nosotros en todos los niveles, y también a nivel fisiológico…Esta falta de conexiones, estos distanciamientos, a pesar de que son tan importantes para la salud en general y para la salud social y económica, debemos ser conscientes de que tenemos que encontrar alguna manera de mantener la parte social…”
Tenemos que encontrar alguna manera de mantenernos sociales – y aún así a distancia.
Ha sido un año realmente difícil. Pero hay una luz al final del túnel – gracia a Dios. Estos tiempos de distanciamiento físico puede durar un tiempo. Pero terminará. Llegará un momento en que podamos volver a reconectarnos con familiares y amigos. Llegará un momento en que nos volveremos a reconectar en persona con nuestras familias de la iglesia.
Mientras tanto, existe un lazo más profundo que nos une como familia de la iglesia.
El gigante espiritual y pastor Henry Nouwen escribió una vez: “Tenemos que tener en cuenta que la comunidad, como la soledad, es principalmente una cualidad del corazón. Si bien sigue siendo cierto que nunca sabremos qué es una comunidad si nunca nos reunimos en un solo lugar, la comunidad no significa necesariamente estar físicamente juntos. Bien podemos vivir en comunidad estando físicamente solos…”
Cuando es el Espíritu de Dios el que nos une en comunidad – cuando llevamos las cargas los unos a los otros, cuando compartimos las alegrías y las tristezas de los demás, ninguna distancia de tiempo o lugar puede separarnos.
Oremos: Amado Dios, oramos hoy especialmente por aquellos que se sienten solos. Que sientan nuestras oraciones y nuestro amor incluso ahora. Y que ellos conozcan tu profunda y permanente presencia. Anhelamos el fin de esta pandemia. Y confiamos nuestras propias vidas de nuevo a tu cuidado. En el nombre de Cristo oramos. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!
