La Asignación

Recuerdo a un pastor hablando de la frecuencia con la que las personas dicen que se sienten bendecidas. Todos decían cosas como: “No sé qué hice para merecer esta buena vida – incluso de haber nacido en este gran país – ¡Qué bendición! ¿Por qué yo tengo tanto y otros tan poco?” Y él dijo, yo les digo a ellos: “Bueno, te ha sido dada una asignación. Se te ha dado la misión de utilizar lo que tienes para bendecir a otros…”

Yo creo que todos tenemos esos momentos que nos impulsan a hacer una pausa y reflexionar sobre nuestras vidas – y la forma en que, a lo largo del viaje, nuestra fe bendice y convoca. Llama al mejor lado de nuestra humanidad. Y plantea la pregunta: ¿Cómo se transmiten a través de mí las bendiciones que he recibido? ¿Cómo están afectando las ondas de mi vida a las personas que me rodean…mi familia…mis vecinos…mi iglesia? ¿Qué estoy dejando a mi paso?

En el libro de Génesis, Dios le dice a Abraham: “Te bendeciré. Y, por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra.” Tú y yo estamos de pie en esta gran tradición. 

Oremos: Dios amoroso, encuéntranos hoy en el punto más profundo de nuestra necesidad. Te pedimos tu sanación, tu misericordia, tu paciencia y tu paz. E incluso mientras estamos siendo sanados, que a su vez encontremos formas de responder bendiciendo a otras personas. Recordamos hoy que es en efecto en el dar que recibimos. En el nombre de Cristo. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!