Invitados a la Cena

Invitados a la Cena

Hoy permítanme decir lo agradecidos que estamos con quienes hacen donaciones a la Fundación Dial Hope que permiten que este ministerio llegue a tantas personas. Su generoso apoyo es un verdadero regalo de Dios.

En esa primera Pascua, algunos de los primeros discípulos caminaban por un camino, al anochecer, y un extraño se les acercó y comenzó a caminar junto a ellos. Ellos invitaron al extraño a cenar, y las sagradas escrituras nos dicen que fue al partir el pan que se les abrieron los ojos y reconocieron que este extraño era en realidad Jesús.

Hay algo bastante íntimo en compartir una comida con otros.

El año pasado, mis hijas preguntaron si en ocasiones podían invitar a cenar a personas de su escuela de secundaria que les pareciera interesantes. Con el paso del tiempo, hemos sido anfitriones de algunos personajes realmente interesantes. Las niñas siempre tienen preguntas que invitan a la reflexión y las conversaciones han sido divertidas, desde estrafalarias hasta un poco raras e intelectualmente desafiantes. Parece que cada vez damos menos espacios a quienes son diferentes, especialmente a quienes no comparten nuestra misma visión del mundo. Así que este ejercicio ha sido refrescante.

He oído que, en los días de Jesús, la mesa era vista como una especie de altar. El tiempo compartido alrededor de la mesa con amigos, familiares e incluso extraños era tiempo estando en presencia de Dios. Y la hospitalidad hacia los “demás” era imperativa.

Los primeros Cristianos llevaron esto un paso más allá. Existía una creencia profunda y arraigada de que mostrar hospitalidad al inmigrante, al viajero, al extranjero o al forastero era una forma de encontrar y recibir la Santa presencia de Dios. Ellos creían que Cristo muy bien podía encontrarse contigo en la visita de un extraño, incluso alguien muy diferente a ti.

No sé si Cristo ya nos ha visitado alrededor de la mesa en nuestra casa, pero ciertamente mantengo mis ojos y mi corazón abiertos.

Oremos: Que podamos notar tu presencia alrededor de nuestras mesas, Oh Dios, incluso cuando estamos solos. Cuando nos sentamos con los demás, que te busquemos en ellos. Te agradecemos tu generosidad hacia nosotros. Ayúdanos a ser generosos con los demás, en nuestro escuchar, en la compasión y en el dar. En el nombre de Jesús. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Daily Message Author: Joe Albright

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