Invaluable
Existe una historia acerca de un predicador de avivamiento, de avanzada edad, quien inició su mensaje sosteniendo un billete de $20. Miró a la multitud y preguntó, “¿A quién le gustaría este billete de $20?” Y las manos empezaron a alzarse. El empezó a arrugar el billete de $20 y nuevamente preguntó, “¿Quién sigue queriendo esto?” Todas las manos se alzaron nuevamente. “Bien”, él respondió, “¿Qué pasaría si hago esto?” Y lo dejó caer al suelo y procedió a machacarlo en el piso con su zapato. Lo levantó del suelo, ahora todo arrugado y sucio. “¿Quién lo quiere ahora?” Aun así, las manos se alzaron nuevamente.
El predicador prosiguió diciendo, “Amigos, todos han aprendido una lección muy valiosa. Sin importar lo que yo hiciese a este billete, ustedes seguían deseándolo porque su valor no disminuía. Todavía Aun así valía $20. Muchas veces en nuestras vidas, estamos caídos, arrugados, y en el fondo de la tierra por las decisiones que hacemos y las circunstancias que vienen hacia nosotros. Nos sentimos como si no tuviésemos algún valor. Pero no importa lo que haya pasado ni lo que pasará, nunca perderás tu valor ante los ojos de Dios. Para Dios, sucio o limpio, arrugado o finamente plegado, tú siempre serás invaluable.”
En el capítulo 43 del profeta Isaías, Dios les habla a las personas que caen una y otra vez:
Pero ahora, así dice el Señor, el que creó, Jacob, el que creó, Israel: No temas, que yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; tú eres mío. Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando creces los ríos, no te cubrirán sus aguas…Yo soy el Señor, tu Dios, el Santo de Israel, tu salvador…Porque te amo y eres ante mis ojos precioso y digno de honra…
Oremos: Te agradecemos, Oh Dios Santo, por tu misericordia, por tu gracia y por tu amor incondicional. Ayúdanos a aceptar dicho amor, misericordia y gracia de tal forma que nos apropiemos de ello y lo compartamos – en este día y cada día. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!