Inesperado

Inesperado

En el Primer Libro de los Reyes (19:9-16) se cuenta una historia sobre el profeta Elías. Elías acababa de enfrentarse al rey Acab y estaba huyendo para salvar su vida. Él estaba agotado y se sentía solo. Y es allí, mientras duerme en una cueva, donde Dios se encuentra con él.

Las sagradas escrituras nos dicen que cuando Elías salió de la cueva, vino un viento recio, tan violento que partió las montañas, pero el Señor no estaba en el viento…Luego hubo un gran terremoto, pero nuevamente, Dios no estaba en el terremoto. Y luego hubo un fuego, pero el Señor tampoco estaba en el fuego…

Lo interesante es que todas estas son formas en las que Dios se había manifestado en el pasado en la historia de Israel. De hecho, cuando Dios se encontró con Moisés, en esta misma montaña, el Monte Sinaí, para recibir los diez mandamientos, el libro de Éxodo nos dice que hubo fuego en la montaña, truenos y relámpagos, y la montaña se sacudió violentamente mientras Dios hablaba. Luego, cuando los israelitas vagaban por el desierto, Dios se les apareció como una columna de nueve durante el día y fuego durante la noche…en el Salmo 18, cuando Dios se aparece, se sacudieron los cimientos de los montes, y hay oscuros nubarrones. Vemos esto también en Habacuc y Jueces y otros salmos…

Elías estaba empapado de estas historias.

Pero aquí nos dice el autor: Esta vez, Dios no estaba en el gran viento, ni en el terremoto, ni en el fuego…Esta vez, Dios aparece en el sonido del absoluto silencio.

Es casi como si el autor estuviera diciendo que no debes estar tan seguro de cómo o cuándo Dios se manifestará en el mundo. No debes estar tan seguro de cómo o cuándo Dios se manifestará en tu vida. No limites tus expectativas…

Vuelvo a pensar en Elías en la cueva, sintiéndose solo y asustado, y en Dios apareciendo ante él de una manera completamente nueva e inesperada. Y me pregunto dónde, cuándo y cómo esperas que Dios se manifieste en tu vida.

Oremos: Dios Santo, concédenos espíritus que esperan. Y abre también nuestros ojos, nuestros corazones y todos nuestros sentidos, para que podamos notar tu presencia en medio de nuestra vida cotidiana. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Daily Message Author: Joe Albright

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