Humildad
El mensaje de hoy fue escrito por mi amigo, el Pastor Invitado, Reverendo E. Stanley Ott.
Recientemente puse un vaso debajo de un dispensador de hielo, del tipo que encuentras en las puertas de las refrigeradoras o de donde compras tus refrescos en lugares como McDonalds.
Para mi sorpresa, el hielo comenzó a salpicar por todas partes. Cayó al suelo y en mis pies. Me pregunté, “¿Qué tiene de malo está cosa?” En lugar de quitar el vaso, seguí empujándolo, con la esperanza de que funcionara correctamente. Pronto hubo hielo y agua por todas partes. Que desastre.
Finalmente, retiré el vaso para poder ver por qué había hielo por todas partes. Fue entonces cuando descubrí que ¡había puesto el vaso al revés! En lugar de que el hielo entrara a mi vaso, golpeaba la parte inferior invertida del vaso y ¡salpicó por todas partes! No había nada malo con el dispensador de hielo, ¡pero había algo malo conmigo!
Hay muchas veces en las que pensamos que estamos diciendo las palabras correctas o haciendo lo correcto cuando en realidad ¡nos estamos equivocando! Es ahí cuando necesitamos humildad. En lugar de afirmar que siempre sabemos lo que estamos haciendo, la humildad nos ayuda a vernos como realmente somos. La humildad nos ayuda a reírnos de nosotros mismos y estar dispuestos a aprender cosas nuevas.
Oremos: Señor, nos encanta pensar que siempre tenemos razón en lo que decimos y hacemos, pero sabemos muy bien que eso no es cierto. Por favor, danos los “ojos” para vernos a nosotros mismos tal como somos, de reírnos de nosotros mismos y reírnos contigo, el Dios que nos ama. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!