Honesto Ante Dios

En el libro de Números (Capítulo 11), Moisés clama en queja a Dios:

“Si yo soy tu siervo, ¿por qué me perjudicas? ¿Por qué me niegas tu favor y me obligas a cargar con todo este pueblo? ¿Acaso yo lo concebí o le di a luz…? Yo solo no puedo con todo este pueblo. ¡Es una carga demasiado pesada para mí!”

En este momento de su vida, guiando al pueblo de Israel por el desierto, Moisés sintió el peso del mundo sobre sus hombros. Él sintió esta carga aplastante, y clama a Dios en un lamento sincero: Yo solo no puedo.

Tal vez sepas cómo es eso. Tengo que imaginar que muchos de nosotros hemos estado en esa situación – humillados hasta ese punto de necesidad. Pero tengo que preguntarme cuánto de nosotros sentimos que podemos ser tan honestos ante Dios. Yo pienso que mucho de nosotros nos enseñaron que las oraciones tenían que ser agradables – formales, con las palabras justas. Pero en la Biblia muchas de las oraciones son mucho más crudas, más reales. No tenemos que leer muchos de los Salmos para ver que este es el caso.

Se necesita humildad y fuerza para reconocer nuestras limitaciones. Se necesita humildad y fuerza para reconocer nuestra necesidad de los demás y nuestra necesidad de Dios, y para pedir ayuda. Sin embargo, muchos han descubierto que cuando bajan la guardia’ lo suficiente como para dejar entrar a otros y compartir sus preocupaciones y cargas más profundas, las relaciones generalmente se profundizan.

Mi oración de hoy es esta: Que tú y yo seamos el tipo de personas que son lo suficientemente humildes y fuertes para clamar a Dios con toda la humildad y honestidad. Que seamos lo suficientemente humildes y fuertes para pedir ayuda cuando la necesitemos. Y, que confiemos en que Dios es lo suficientemente grane para manejar no solo nuestras cargar sino también nuestra honestidad.

Oremos: Te clamamos, Oh Dios, como personas que a veces se sienten quebrantadas y solas. No siempre tenemos las palabras para orar. Pero confiamos en que conocemos nuestros corazones. Y te alzamos ahora, en este próximo momento de silencio, las oraciones más profundas de nuestros corazones…Oramos en el nombre de Jesús. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!