Haciendo una Pausa para Recuperar Fuerzas
El Rev. King Duncan cuenta sobre un soldado llamado Jim Bolton que una vez estuvo en un ejercicio de entrenamiento militar en el desierto de Mojave. Su equipo se había separado del resto de las tropas, y uno de los vehículos en su convoy se había quedado atascado. Había perdido su tracción y se había detenido al borde de un acantilado de arena sobre una caída de cincuenta pies. Las llantas estaban enterradas irremediablemente en la arena, y los soldados en la unidad trataron de liberarla varias veces sin éxito. Mientras tanto, el resto de la tropa se estaba alejando.
Después de muchos intentos fallidos, cuando el grupo estaba caluroso, cansados y desanimados, el comandante reunió a los soldados para orar. Parecía un poco fuera de lugar para un grupo de soldados, y parte del grupo estaba incómodo con la idea. Después de pasar unos minutos en oración, Jim recuerda que todos parecían renovados.
Por última vez intentaron liberar el vehículo de la arena, y esta vez tuvieron éxito. Jim dijo que no sabía si su oración realmente desalojó el vehículo del borde del acantilado o no. Pero cuando se tomaron el tiempo para orar, tuvieron la oportunidad de enfocar su atención en Dios, relajarse, y recuperar sus fuerzas.
Ciertamente creo en el poder de la oración. El tiempo dedicado a la oración es un tiempo en el que recuperamos fuerzas. También recuperamos esperanza y paz y una nueva perspectiva. Es un recurso poderoso. Y lo mejor de todo, está disponible para nosotros en cualquier momento.
Oremos: Recurrimos a ti ahora, Oh Dios, y nos detenemos incluso por un momento en tu presencia. Te entregamos cualquier preocupación o ansiedad que podamos estar sintiendo. Te pedimos que renueves nuestras fuerzas y nos llenes de tu paz; a través de Jesucristo. Amén.
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