Haciendo mi Parte
El mensaje de hoy fue escrito por el Pastor Invitado, Chaplin Bob Griffiths.
Un refrán común entre las personas a las que llevo el ministerio es “¿Por qué Dios no hizo____?” O “¿Por qué Dios no impidió____?” O “¿Responde a mi oración?” La respuesta tácita de estas preguntas es “la forma en que quiero que Dios lo haga.” Algunas de estas preguntas son de esperar cuando alguien ha sido diagnosticado con una enfermedad terminal, o cuando un ser querido muere inesperadamente – cosas fuera de nuestro control. Pero la mayoría están relacionadas con cosas sobre las que él que pregunta tiene algún control. Así que aquí hay dos respuestas relacionadas a preguntas como esa. El primero, recientemente lo escuche de un amigo: “¡Dios va a dirigir mi bote, pero será mejor que reme!” El segundo, más teológico, es de un sacerdote Episcopal que respondió a una pregunta como esa que yo realicé hace 40 años, y se ha permanecido conmigo: “El amor de Dios no es coercitivo.” En otras palabras, Dios no va a obligar a nadie a hacer lo que tiene que hacer. ¡Y Dios no va a hacer el trabajo! Dios ayuda, apoya, fortalece y guía. No puedo recordar la cantidad de veces que oré por un resultado para mí mismo y luego no hice nada para ayudar a que sucediera. Igual, con los demás por los cuales oro para que dejen de usar drogas, perder peso, visitar a sus Madres en el asilo de anciano, pagar sus deudas, o cualquier otra cosa.
Cuando yo oro por la ayuda de Dios para mí o para los demás, Dios abre una puerta, pero yo (y ellos) tenemos que caminar, escalar, alzarnos a nosotros mismos a través de ella. La respuesta está ahí, siempre, al otro lado de esa puerta. No es la respuesta que creo que debería estar allí, y ciertamente no en el marco de tiempo que deseo, sino más bien la respuesta que sea correcta para mí, dada cuando Dios sabe que estoy listo para ello y no antes. Y entonces será mejor que empiece a remar.
Oremos: Señor de paciencia infinita, concédenos la sabiduría para buscar tu voluntad para nosotros y el poder y el deseo de llevarlo a cabo. Danos la voluntad de abrir nuestros corazones y nuestras mentes para ti, confiando en que nos mostrarás el camino a las cosas que son mejores para nosotros que cualquier cosa que podamos desear o esperar. Y luego danos la fuerza, oramos, para hacer nuestra parte. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!