Esperanza que Surge

Esperanza que Surge

En el Salmo 71, una y otra vez, el salmista clama: Rescátame. Líbrame. Sálvame.

Ninguno de nosotros tendría que reflexionar mucho para recordar un momento en que oramos dicha oración…tal vez junto a una cama de hospital…o después de un diagnóstico…o divorcio…o incluso en medio de una serie de enfermedades de largo plazo. ¡Sálvame!…¡Líbrame!

Recuerdo que hace algún tiempo, un joven que se estaba recuperando de una adicción grave a las drogas, me dijo que justo antes de estar sobrio, tuvo un momento en el que se dio cuenta de que no había nada que pudiera hacer para dejar de consumir droga. Simplemente se arrodilló en oración…Ayúdame…Pero compartió conmigo que esta oración no es algo que oró solo una vez. Es la misma oración todos los días a primera hora cuando se levanta de la cama. Él se arrodilla y suplica: “No puedo hacerlo sin ti, Señor. Ayúdame…”

Lo interesante de este Salmo es que hay un equilibrio, un ir y venir, entre una oración sincera por liberación y un sentido seguro de confianza y esperanza.

En el versículo 14:

Pero yo siempre tendré esperanza,
Y más y más te alabaré.

De hecho, tres veces el salmo va y viene entre un clamor y una declaración de confianza y alabanza. Y parece ser, en el equilibrio de todo, en mantenerlo todo junto, el clamor, el recuerdo y la alabanza, que algo surge en lo profundo de este salmista. Es una confianza que no se puede sacudir, una esperanza que no se puede contener.

Versículo 3: …Sé tú mi roca de refugio.

Versículo 7: …tú eres mi refugio inconmovible.

Esta no es una esperanza de que necesariamente escaparemos de las dificultades. Pero una esperanza en el Dios que está con nosotros en medio de todo…en la alegría y el dolor, la risa y las lágrimas, lo trágico y lo impresionantemente hermoso. Es una esperanza en el Dios que lo sostiene todo y que nos sostiene a nosotros, desde el momento del nacimiento hasta el momento de la muerte, y más allá…

Oro hoy, que esta oración de los salmos, sea tu oración. Que tú también clames cuando estés en necesidad, e incluso en medio de esa necesidad, que tú también recuerdes la gracia pasada de Dios. Y mientras lo haces, que surja dentro de ti una profunda esperanza, una medida de confianza e incluso un canto de alabanza.

Oremos: Amado Dios, oro especialmente por aquellos que necesitan de ti. Libera, Señor. Rescata. Salva. Te encomendamos nuestras propias vidas nuevamente este día; a través de Cristo, en cuyo nombre oramos. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Daily Message Author: Joe Albright

Biografía

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