Esperanza
La mayoría de nosotros podemos recordar fragmentos de poesía que alguna vez leímos cuando éramos niños en la clase de español, aunque no recordamos el nombre del poema o el contexto de la cita. Y lo mismo ocurre con los poemas sobre esperanza. Alexander Pope, en su “Ensayo Sobre el Hombre (1732): “La esperanza brota eternamente en el pecho humano.” Pero Pope lo ubica en el contexto de los humanos que siempre esperan cosas mejores, aunque podría ser que no las reciban. Eso es una especie de decepción.
Emily Dickinson (1830-86) lo capta mejor: “La esperanza es la cosa con plumas / las perchas en el alma / Y canta la melodía sin las palabras / Y nunca se detiene en absoluto.” Pero yo creo que San Pablo lo expresa mejor en Romanos 15:13 (Traducción de la Nueva Biblia al Inglés): “Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.” ¡Por supuesto!
Oremos: Señor, gracias por el regalo de la esperanza. Ayúdanos a saber en nuestros corazones que cuando necesitemos esperanza, tú lo proporcionarás de maneras que quizás no reconozcamos al principio. Y cuando llegue, ayúdanos a transmitirlo a los demás para que todos sepan que siempre estás haciendo por nosotros cosas mejores de las que podemos desear o pedir. Amén.
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