Entre Tú y Dios
Tengo que admitirlo, me gusta complacer a las personas. Me gustaría hacer feliz a todos aquellos a mí alrededor. Pero la verdad es que eso no siempre es posible, ¿verdad? Diferentes personas tienen diferentes necesidades y deseos – y a veces estas necesidades y deseos entran en conflicto entre sí. No hay manera de hacer feliz a todo el mundo todo el tiempo.
El Apóstol Pablo escribió a la iglesia en Galicia: “¿Qué busco con esto: ganarme la aprobación humana o la de Dios? ¿Piensan que procuro agradar a los demás? Si yo buscara agradar a otros, no sería siervo de Cristo.”
Un amigo me envió la siguiente inscripción de una placa:
Pueden ver lo bueno que haces como egoísta. Continúa haciendo el bien. Pueden ver tu generosidad como una forma de presumir. Continúa siendo generoso. Pueden ver tu naturaleza cálida y cariñosa como debilidad. Continúa siendo cálido y cariñoso. Por lo que puedes ver, al final, es entre tú y Dios. De todos modos, nunca fue entre tú y ellos.
Cuando hacemos el balance de nuestras vidas, cuando reflexionamos sobre qué es lo que nos motiva e impulsa, a veces encontraremos que estamos tratando de complacer a los demás. A veces estamos tratando de agradar a Dios. Y a veces solo nos estamos cuidando a nosotros mismos. Pero la mayor parte del tiempo, nuestros motivos son mixtos.
Mi amigo, el Reverendo Bob Griffiths, me envió recientemente la siguiente oración escrita por Thomas Merton, que creo que reúne todo esto muy bien. Los invito ahora a unirse a mí en oración.
Oremos: Mi Señor Dios, no tengo idea a dónde voy. No veo el camino delante de mí. No puedo saber con certeza dónde finalizará…y el hecho de que crea que estoy siguiendo tu voluntad no significa que realmente lo esté haciendo. Pero yo creo que el deseo de complacerte de hecho te complace. Y espero tener ese deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero que nunca realice algo aparte de ese deseo. Y sé que, si hago esto, tú me llevarás por el camino correcto, aunque yo no sepa nada al respecto. Por tanto, siempre confiaré en ti, aunque parezca que estoy perdido y en la sombra de la muerte. No temeré, porque tú siempre estarás conmigo, y tú nunca me dejarás solo para enfrentar mis peligros. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!