Encuentra Descanso para sus Almas
La semana pasada pregunté por qué sigues a Cristo. También le pregunté a mi congregación. Ayer compartí algunas de sus respuestas. Aquí hay algunas más:
Siempre sentí que faltaba algo en mi vida. Realmente nunca me sentí en paz. Dios ha llenado ese vacío. Él es el gran consolador y el único consolador que realmente puede ponerme en paz. La vida en la tierra es muy difícil.
Finalmente entendí que no podía hacer la vida sola…
Lo que empezó como querer hacer feliz a mi abuela al verme en la iglesia, ¡se convirtió en mi persona encontrando a Dios! Había estado en otras iglesias a lo largo de los años, pero algo se sintió diferente, un tirón diferente en mi corazón y mi mente. Sentí que Dios me llamaba y mostraba que siempre estaba conmigo.
Jesús me da la esperanza de ser una mejor persona, alguien que pueda hacer un pequeño impacto en una persona o grupo…
Quiero ser más como él.
Para llenar un vacío en mi vida.
Gracias por llevarme a perdóname a mí mismo, ayudándome a ser más amable. Ayúdame en este momento para ser fuerte para los demás.
No puedo imaginarme pasar el día sin Dios a quien recurrir…
En cuento a mi relación con Cristo, no tengo un pasado sin él. Él ha sido mi salvador y socio activo durante toda mi vida. ¡Ay que alegría!
En el libro de Ezequiel (34:15-16), se puede leer…
“Yo mismo apacentaré a mi rebaño, y lo llevaré a descansar. Lo afirma el Señor omnipotente. Buscaré a las ovejas perdidas, recogeré a las extraviadas, vendaré a las que estén heridas y fortaleceré a las débiles…”
En el libro de Jeremías (6:16), nosotros obtenemos este imperativo:
“Así dice el Señor:
Deténganse en los caminos y miren;
Pregunten por los senderos antiguos.
Pregunten por el buen camino,
Y no se aparten de él.
Ahí hallarán el descanso anhelado.”
Oremos tal como oramos ayer: Cristo compasivo, acudimos a ti en nuestros momentos de oscuridad y desesperación, confiando que estás con nosotros también en los momentos de paz. Descansamos en tu presencia, pidiendo sanación, misericordia y gracia. Te damos gracias, Señor, por encontrarnos aquí y ahora. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!