En Medio de Quebrantamiento
Hay una vieja leyenda acerca de un hombre que naufragó en una isla desierta por dos años. En realidad, hizo bastante bien por sí mismo. Hizo un hogar y cultivó un jardín. El encontró un manantial de agua fresca y a menudo capturaba pescados. Un día, un barco apareció en el horizonte. Una pequeña embarcación de rescate fue enviada y alcanzó las costas de la isla. El marinero se bajó de la embarcación y le entregó al hombre un paquete de papel periódico, y dijo, “¡Cumplidos del capitán! ¡Él quiere que leas estos periódicos antes que decidas si realmente quieres que te rescatemos!”
Es verdad, hay mucho quebrantamiento y dolor en el mundo. Pero nuestra fe nos enseña que no debemos de evitar el sufrimiento, no debemos de estar en una isla, aislados, o de alguna forma escapar del mundo que nos rodea. No. La fe Cristiana nos enseña seguir los pasos de Jesús, que fue enviado justamente en el corazón del conflicto, la pobreza y el sufrimiento del mundo.
Si, cuando tendemos y nos acercamos a ayudar a otros que tienen grandes necesidades, a menudo nos ponen en riesgo. Con frecuencia nos rompe el corazón a medida que experimentamos el dolor de las personas. Sin embargo, muchos de nosotros descubrimos la presencia sanadora y salvadora de Dios, más profundamente, – no en nuestros escapes – pero sino más bien en nuestra entrega hacia los demás.
Nuestra oración de hoy fue escrita por San Francisco de Asís. Oremos:
Señor, hazme un instrumento de tu paz. Donde exista odio, permíteme sembrar el amor, donde haya herida, perdón; donde exista duda, fe; donde haya desesperación, esperanza; donde haya oscuridad, luz; donde exista tristeza, felicidad.
Oh Divino Maestro, haz que yo no busque tanto ser consolado sino más bien consolar, de ser comprendido tanto como comprender, de ser amado tanto como amar. Porque es en dar que recibimos, es en el perdón que somos perdonados, y es en la muerte que nacemos a la vida eterna. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!