Empapado pero Seco

Empapado pero Seco

El mensaje de hoy fue escrito por mi amigo, el Rev. Eric Wogen.

Hace poco me encontré con un mensaje devocional que había escrito para el boletín de nuestra congregación poco después de llegar a Florida hace más de dos décadas. Sonreí al leer y releer lo que había escrito, llegué a la conclusión de que las palabras seguían siendo oportunas y decidí compartirlas con ustedes. Espero que lo que sigue también les resulte oportuno.

Sigo intrigado por la forma impredecible y rápida en que cambia el clima durante los meses de verano en este pedazo de creación. Una experiencia reciente ilustra mi observación.

El incidente al que me refiero ocurrió hace unas semanas. Regresé a la oficina a primera hora de la tarde después de visitar a un miembro de la congregación. El sol brillaba. Y un puñado de nubes ondulantes salpicaban el cielo. Decidí dejar abierta la ventanilla del lado del conductor del vehículo que manejaba. Más tarde, esa misma tarde, mientras estaba en una reunión, noté que aparecían algunas nubes oscuras en el horizonte, pero rápidamente llegué a la conclusión de que se irían a otra parte, una conclusión poco acertada. Un aguacero torrencial apareció de la nada y fue el responsable de dos asientos mojados ese día, uno en el vehículo y el otro…use su imaginación.

Agradecido, ambos asientos se secaron.

De mi experiencia absorbente, saqué estas conclusiones. A todos nos llega lo inesperado. Las tormentas aparecen tanto si estamos preparados como si no y, a veces, nos empaparemos. Podemos preguntarnos “por qué”, esa eterna pregunta que produce pocas respuestas satisfactorias. Podemos lamentarnos “si tan solo”, pero descubrimos que eso no cambia nada. Nuestras inevitables preguntas rara vez se conectan con respuestas útiles. Incluso podríamos preguntarnos si Dios se ha alejado de nosotros o si ya no le importamos.

La buena noticia es que nos secaremos. La buena noticia es que podemos enfrentar lo que venga confiando en que el amor de Dios en Cristo nos rodeará y nos sostendrá durante y después de las tormentas de la vida. Esto sí hace una diferencia. Aunque a veces estemos empapados, el amor del Hijo tiene una forma renovadora de secarnos. Y aunque se nos presente tormentas más inesperadas, podemos afirmar la palabra tranquilizadora y la promesa confiable de nuestro Creador:

 “Y les aseguro que estaré con ustedes siempre…”

Oremos: Señor Dios, las tormentas vendrán y las tormentas se irán, pero tu cuido amoroso es una constante en la que verdaderamente podemos confiar. Empapados o secos, que podamos conocer siempre tu amor sustentador y hacer todo lo posible por compartirlo con los demás. En el nombre de nuestro Señor, oramos. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Daily Message Author: Eric Wogen

Biografía

Share