Ellos y Yo y Nosotros
Hace algunos años, yo asistí a una reunión interreligiosa en una iglesia local, y el orador principal habló sobre “Los Otros” en nuestras vidas. Acerca de nuestra tendencia a percibir a los desamparados, el inmigrante, el adicto, el prisionero, el ______(completa el espacio en blanco), como Los Otros, en lugar de identificarlo como Nuestro Hermano (o Hermana). Es fácil sentirse cómodo y ser amigable con quienes son como nosotros. Son los Otros que nos retan. O, para ser más precisos, debería de retarnos: Rétanos a mirar dentro de nosotros mismos para descubrir por qué aplicamos una etiqueta para todos. ¿Qué da lugar a nuestra inconformidad, prejuicio, miedo y distanciamiento? He tenido el privilegio de trabajar con las personas sin hogar, los adictos, y los enfermos mentales, todos los cuales me han llevado a comprender que todos somos hijos de Dios. Yo pienso en el eslogan de hace algunos años: QHJ – “¿Qué haría Jesús?
Todos sabemos la respuesta a dicha pregunta.
Pero lo que es más importante que lo que pienso o siento es lo que hago con respecto a esos pensamientos o sentimientos. Yo no sería humano (o honesto) si dijera que Los Otros nunca me han hecho sentir incómodo. Pero yo no tengo que hablar sobre ellos o actuar hacia ellos de una manera que los haga sentir menos a ellos – y a mí. Entonces realizo una oración rápida y extiendo mi mano. Hace un tiempo, durante un servicio religioso, al aire libre, del domingo en Atlanta, yo hice lo siguiente con un desamparado en silla de rueda. El acuerdo fue que todos los presentes que no eran desamparados que se dieran el saludo de la paz con cada persona desamparada durante una pausa en el servicio religioso. Y yo me acerqué a un hombre de color sin hogar en una silla de rueda, con un par de calcetines en las manos como guantes, y le dije: “La paz de Dios, mi hermano.” Y él me miró a los ojos y, queridos amigos de Dial Hope (Digita Esperanza), ahí estaba el rostro de Cristo. Con lágrimas en los ojos (y en los míos) nos bendecimos mutuamente. Y él cambió mi vida.
Así que extiende tus alcances – comunícate con Los Otros que encuentres. Puede que ellos te acerquen a Aquel que nos ama más allá de nuestra comprensión, y que los ama exactamente de la misma manera.
Oremos: Dios bondadoso y perdonador, tú nos amas más allá de toda comprensión. Ayúdanos a conquistar nuestro miedo a Los Otros y a mirar dentro de nosotros para descubrir al Cristo en todos nosotros. Entonces, ayúdanos a ser agradecidos por tu amor y gracia al extender nuestra mano de la amistad. Calma nuestros pensamientos para que podamos escucharte hablando en nuestros corazones. Ayúdanos a decir “sí” para vivir en nuestras vidas el ejemplo de tu Hijo. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!