El Regalo de la Comunidad
Hace unas semanas planteé la pregunta: ¿Por qué crees? Si tuvieras que presentar un argumento, incluso un argumento de interés propio, a favor de seguir a Jesús, ¿Qué dirías?
Cuando realmente reflexiono sobre ello, casi en ningún otro lugar he experimentado el movimiento de Dios de una manera tan poderosa como en la comunidad a la que Cristo nos llama. Ha sido parte integral de mi fe – ver cómo cambian los corazones y las vidas a medida que las personas se unen para adorar y tener un impacto en los más necesitados.
He pensado en trabajar codo a codo con los miembros de la iglesia en proyectos de Hábitat para la Humanidad. Me imagino a los niños empobrecidos abriendo los regalos de Árboles de Ángeles en Navidad, las cestas de pascua y las mochilas llenas de comida que compramos y juntamos. Pienso en las colchas llenas de oraciones dadas a aquellos que han estado enfermos en el hospital…Y pienso en la hospitalidad en las abundantes recepciones que nuestros diáconos organizan para las familias después de un servicio conmemorativo.
Cuando pienso en el impacto que Cristo ha tenido en mi vida, sin duda el aspecto comunitario ha sido uno de los más profundos. En mi adolescencia y principios de mis 20, me resistí y realmente me mantuve alejado de la iglesia. Dije cosas como: Yo creo en Dios, pero no creo en una institución. (Nunca has escuchado eso antes, ¿verdad? Qué original.) Y los Domingos por la mañana, hubiera preferido estar en la playa surfeando o pescando en el agua.
Pero ahora, cuando miro hacia atrás y veo cómo se ha formado mi vida, y cuando pienso en las personas (y no solos los santos, sino incluso en las personas más difíciles) en cómo han enriquecido mi vida, y cómo me han desafiado a practicar lo que predico y me han enseñado lo que significa ser generoso y perdonador, y cómo superar grandes obstáculos y ser preservador, ¡No puedo creer que pude haber pasado por esta vida y haberme perdido este regalo!
Cuando pienso en por qué sigo a Cristo, estoy agradecido por la familia de la fe.
Oremos: Hoy, Oh Dios, estoy profundamente agradecido por una comunidad de personas que caminan conmigo en este viaje de la vida. Te agradezco por encontrarte con nosotros mientras unimos nuestras vidas en tu nombre. Que continúes bendiciéndonos para que a su vez bendigamos a otros. En el nombre de Jesús. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!