El Regalo de la Amistad de Dios
El Evangelio de Marcos (2:1-12) cuenta una historia sobre un tiempo en que Jesús estaba enseñando en una casa que estaba tan llena de personas que no había lugar ni siquiera en la entrada de la puerta. En las afueras de la casa había un grupo de hombres con un amigo paralítico. Ellos querían, desesperadamente, que Jesús lo viera y lo sanara. Así que los amigos fueron tan lejos como para subir a la cima de la casa, cavaron a través del techo y lo bajaron por ahí. Jesús está maravillado por los amigos y por su fe, y él sanó al hombre paralítico. ¡Los buenos amigos no tienen precio!
En una revista reciente de Christian Century (Siglo Cristiano), había un artículo sobre la amistad escrita por Paul Wadell, profesor de estudios religiosos en la Universidad San Norbert. Wadell escribió:
Las amistades son narraciones de esperanza, pero solo pueden sostenerse con una generosidad de corazón y espíritu que les permita a los amigos obrar a través de las dificultades…que marcan cualquier relación real.
Su punto es que la amistad requiere trabajo continuo. Requieren una profunda comprensión, paciencia y perdón. Requieren tiempo para cultivar, y requieren que las amistades se mantengan unidas en las buenas y las malas. Pero son esenciales para una vida sana y fiel.
El artículo continúa citando a San Agustín: “Los amigos son los regalos de Dios para nosotros y Dios nos ama a través de ellos.” Pero las amistades también son una “Escuela de Amor.” A través de ellos aprendemos a buscar fielmente el bien en los demás…
Hoy oro para que Dios te bendiga con una generosidad de corazón y espíritu, y a través de esa bendición que puedas cultivar buenos amigos para caminar contigo en este viaje de la vida.
Oremos: Dios de gracia, los amigos son un gran regalo para nosotros. Gracias por las personas con quienes hemos encontrado un sentido de conexión y compañía. Gracias por el profundo amor y gracia que sentimos a través de ellos. Alzamos a nuestros amigos a tu cuido hoy. También, hoy oramos por las personas que están solas y por los que a menudo se olvidan. Concédenos tu gracia, tu paciencia, tu perdón y tu amor – para que podamos ser mejores amigos para aquellos a quienes amamos – y estar en mejores condiciones para alcanzar a quienes más necesitan. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!