El Privilegio de la Conexión
La Dra. Elizabeth Kubler-Ross cuenta una historia sobre una mujer que conoció cuando estaba escribiendo su libro innovador, On Death and Dying (Sobre la Muerte y los Moribundos). Parte de la investigación de la Dra. Kubler-Ross consistió en entrevistar a pacientes moribundos en el hospital, tratando de descubrir cómo se sentían y qué pensaban al enfrentar la muerte. Mientras iba de una habitación a otra en el hospital, ella comenzó a notar un patrón notable. A veces ella entraba en la habitación de una persona moribunda y la persona estaba tranquila, en paz y serena. También comenzó a notar que a menudo esto ocurría después de que el cuarto del paciente había sido aseado por cierto personal de limpieza del hospital.
Un día, la Dra. Kubler-Ross se topó con la persona de limpieza en el pasillo del hospital. El médico le preguntó: “¿Qué le estás haciendo a mis pacientes?” La señora encargada de limpieza pensó que estaba siendo reprimida y respondió: “No estoy haciendo nada con tus pacientes.” “No, no. Es algo bueno,” corrigió Kubler-Ross. “Después de que tú entras en sus habitaciones, ellos parecen estar en paz. ¿Qué es lo que haces con mis pacientes?”
“Yo solo les hablo,” dijo la encargada de limpieza. “Sabes, he tenido dos bebés míos que se me han muerto en mi regazo. Pero Dios nunca me abandonó. Yo les digo eso. Yo les digo que no están solos, que Dios está con ellos y que no tienen que temer.”
Nunca deja de asombrarme lo poderoso que puede ser una conversación real. Cuando estamos lo suficientemente abiertos como para compartir nuestra propia pérdida y angustia con los demás – algo profundo sucede – se establece una conexión. Y, cuando podemos hablar sobre cómo la presencia de Dios nos ayudó, damos el regalo de la esperanza.
Oremos: Dios Bondadoso, hoy recordamos que es un privilegio ser invitado tanto al quebrantamiento como a la gracia de la vida de los demás. También recordamos de que de las cenizas de la desesperación pueden surgir las semillas de la esperanza, nueva vida y nuevas posibilidades. Encuéntrate con cada uno de nosotros ahora en este momento y llénanos de tu paz. Amén.
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