El Poder de una Palabra
Tú sabes que el viejo refrán no es verdad: ¡Palos y Piedras romperán mis huesos, pero las palabras nunca me harán daño! La verdad es que los palos y piedras pueden romper mis huesos, pero las palabras pueden romper mi corazón, quitar el brillo de mis ojos, el ánimo de mis pasos y el corazón de mi alma.
Las palabras son poderosas. Podemos leer en el libro de Santiago (en la Versión Mensaje), “¡Una palabra de tú boca puede parecer sin importancia, pero puede conseguir o destruir cualquier cosa!”
Pablo, en sus cartas a los Efesios, los expresa de la siguiente manera, “Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan.”
El día de hoy, que puedas ser deliberado en el uso de tus palabras para edificar, para alentar y para dar gracias.
Oremos: Oh Señor mi Dios, hemos dicho algunas cosas que desearíamos no haber expresado. Todos sabemos de primera mano el dolor que causan las palabras, y el dolor de las palabras encubiertas o usadas descuidadamente. Oro para que el día de hoy sanes cualquier vieja herida que llevamos con nosotros y puedas trasladarnos a un lugar en donde seamos más felices escuchando que hablando. Recuérdanos del valor y la gracia que existe en oídos que escuchan. Gracias por escucharnos. En el nombre de Jesús. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!
