El Perdón me dio a un Padre
Hace un tiempo, estaba escuchando una entrevista con George Foreman. Al final de la entrevista, le preguntaron sobre su padre. Él nunca conoció a su padre mientras crecía. Él no estaba cerca. De hecho, no conoció al hombre hasta después de haber crecido y alcanzado el campeonato mundial de peso pesado. Él dijo sobre crecer: “Mi padre nunca me ayudó. Él nunca me dio nada. Podría haber dicho: “No tengo padre.” (Pero) Hoy puedo decirles a mis hijos: “Oigan, su abuelo luchó en la Segunda Guerra Mundial.” ¿Por qué? Porque el perdón me dio a un padre. Y el perdón dará a mis hijos un abuelo…”
Él continuó diciendo: “El perdón es ese hilo sutil que une el amor y la amistad.”
En tu propia vida, espero que no te aferres a viejos rencores ni a la amargura o el resentimiento. No dejes que la idea de la venganza devore tu alma. Recuerda que perdonar no significa condonar. Perdonar no significa que no tengamos límites claros y no nos protejamos cuando sea necesario. Pero el perdón sí tiene que ver con el estado de nuestro propio corazón. Cuando perdonamos, en realidad nos estamos liberando.
Oremos: Dios de la Esperanza, muchas veces oramos, “perdónanos nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.” Pero no es fácil, Señor. Te agradecemos el perdón, la misericordia y la gracia que nos has mostrado. Ayúdanos a compartir estos dones con otros, y al hacerlo, que podamos encontrar sanación, libertad; a través de Jesús, te lo pedimos. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!
