El Lugar Solitario

En su libro, La Soledad, El Silencio, La Oración, Henri Nouwen escribe sobre la importancia de encontrar tiempo para la oración y el silencio – del que habla como un “Lugar Solitario”. Lo expresa de la siguiente manera:

“En algún lugar sabemos que sin un lugar solitario nuestras vidas están en peligro. En algún lugar sabemos que sin silencio las palabras pierden sentido, que, sin escuchar, hablar ya no sana, que, sin distancia, la cercanía no puede curar…Cuando eres capaz de crear un lugar solitario en medio de tus acciones e inquietudes, tus aciertos y fracasos lentamente pueden perder algo de su poder sobre ti…Es en esta soledad que descubrimos que ser es más importante que tener y que valemos más que el resultado de nuestros esfuerzos…”

¿Me pregunto cómo se vería algo así para ti como para que busques dicho tiempo en soledad?

Para algunas personas podría significar sentarse en silencio a primera hora de la mañana, dándote cuenta de la presencia de Dios a tu alrededor y en ti…tal vez incluso establecer un temporizador para dos minutos…he incrementar hasta cinco minutos…luego tal vez hasta 20 minutos…(Ten paciencia contigo mismo. Si nunca te has sentado en silencio, puede ser difícil al principio).

Algunas personas intentarán concentrarse en su respiración…y en el Espíritu sanador y vivificante de Dios que nos rodea. Cuando sus mentes divaguen, regresan a esa respiración. Otros, simplemente intentarán estar en contacto con todo lo que se mueve dentro de ellos y lo ofrecerán como una oración.

El mundo dentro de nosotros es un lugar muy complejo, a menudo problemático. ¿No es así? Ese tiempo puede permitirnos revisar algo de lo que hay adentro y escuchar nuevamente la voz suave y apacible de Dios.

En el capítulo 6 de Mateo, en la versión del Mensaje de la Biblia, Jesús está hablando con sus discípulos y dice: “Busquen un lugar tranquilo y apartado para que no se sientan tentados a hacer un juego de roles ante Dios. Solo hay que estar allí de la manera más simple y honesta posible. El enfoque cambiará de ti a Dios, y comenzarás a sentir su gracia.” Que así sea.

Oremos: Dios de Gracia, ayúdanos a apartar, aunque sea, unos minutos de tranquilidad cada día. Reúnete con nosotros en dicho lugar. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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