El Informe de Minoría
En el libro de Números, Capítulo 11, Moisés clama a Dios y pide ayuda. Dios contesta la oración derramando su Espíritu sobre 70 ancianos. Los ancianos se habían reunido todos en la Tienda de la Reunión – el cual era el Tabernáculo, un lugar de adoración.
Sin embargo, había dos hombres que no estaban presentes en la adoración, Eldad y Medad. Cuando recibieron el mismo don del Espíritu y comenzaron a profetizar, Josué dijo: “¡Moisés, señor mío, detenlos!” Pero Moisés respondió: “¿Estás celoso por mí? ¡Cómo quisiera que todo el pueblo del Señor profetizara, y que el Señor pusiera su Espíritu en todos ellos!”
Los eruditos nos dicen que esta historia sobre Eldad y Medad es un informe minoritario a la historia anterior de los setenta ancianos. Estos dos hombres no estaban en la tienda de reunión cuando el Espíritu vino sobre los demás. En otras palabras, ellos no están en la iglesia. Pero el Espíritu de Dios se derramó sobre ellos de todos modos…y había personas a la que no le gustaba eso. No les gustaba porque no es como pensaban que se suponía que Dios debía obrar.
A veces pensamos que entendemos completamente a Dios, a la perfección. Creemos que sabemos quién está adentro, quién está afuera…quién es amado, quién no. A veces pensamos que debemos tener todas las respuestas – no solo cuando se trata de la fe. A veces pensamos que debemos tener todas las respuestas cuando se trata de política, ciencia o filosofía, o lo que sea…Y eso nos deja con todo tipo de puntos ciegos. Porque cuando dejamos de ser curiosos, fallamos en escuchar. Fallamos en estar abiertos al Espíritu que siempre quiere hacer algo nuevo dentro de nosotros y alrededor de nosotros.
Lo opuesto a la humildad es el orgullo. La verdad es que todos estamos afectados por esto en un nivel u otro.
Mi oración de ayer fue por humildad y fortaleza. Y lo es de nuevo hoy: Que tú y yo seamos el tipo de personas que son lo suficientemente humildes y fuertes para admitir que no tenemos todas las respuestas, todo el tiempo. Que seamos el tipo de personas que son lo suficientemente humildes y fuertes para reconocer nuestras propias limitaciones y nuestra propia necesidad. Y, que seamos el tipo de personas que son lo suficientemente humildes y fuertes para liderar, incluso como Jesús lideró, con un corazón de siervo.
Oremos: Espíritu Santo, abre de nuevo nuestros corazones en este día. Concédenos la curiosidad y la capacidad de escuchar y de aprender. Danos una apertura a tu guía y a tu mano obrando más allá de nosotros. Y ayúdanos a reconocer las señales de tu amor y gracia en el mundo que nos rodea. A través de Cristo, oramos. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!
