El ABC de la Felicidad
El mensaje de hoy fue escrito por la Rev. Tasha Blackburn.
A muchos de nosotros nos gustaría ser más felices que la felicidad misma y esto se ha convertido en una industria. Muchas personas estarían encantadas de ganar dinero en su esfuerzo por hacerte más feliz. Antes de dar nuestro número de tarjeta de crédito, consideremos lo que las sagradas escrituras tienen que decir acerca de la felicidad. El libro de Salmos tiene 150 canciones de fe y el número de entrada trata sobre cómo ser feliz.
Las primeras oraciones no son una sorpresa. Son tres cosas que no deben hacer: no seguir el consejo de los malvados, no detenerse en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos. Solo por no hacer esas tres cosas, serás más dichoso. Luego se nos da una cosa positiva que también nos hará más felices, una cosa que hacer. Las personas felices meditan en las palabras de Dios, día y noche. Ellos “meditan” sobre la palabra de Dios.
Es interesante descubrir que la palabra “meditar” ahora significa más como “preocuparse” sobre ello o “masticar” sobre ello. De hecho, es la misma palabra que se usa cuando un perro mastica un hueso. El perro hala del hueso, lo muerde, no deja de mordiscarlo hasta que lo tiene todo.
Así es como se supone que debemos consumir la palabra de Dios. Se supone que debemos ser como un perro con un hueso. Halando y empujando en él, halar y empujar sobre nosotros hasta que tengamos todo lo que tiene que ofrecer. Este tipo de esfuerzo, por su puesto, requerirá mucho más que el día y la noche. Tomará una vida entera. Y en esa vida, seremos más felices. Serás más feliz.
Medita en la Palabra de Dios, haz cosas como las que estás haciendo en este momento: escuchar devocionales, adora en una congregación, lee tu Biblia, ora durante el día. ¡Sé como un perro con un hueso! No te rindas, solo sigue mordisqueando. Es un camino seguro hacia la felicidad.
Oremos: Dios misericordioso, anhelas que conozcamos el gozo y el propósito en nuestras vidas. Oramos para que puedas renovar en nosotros, en este día, el deseo por ti, el deseo por tu Palabra. Danos corazones abiertos para recibir las Escrituras y un apetito que no se detendrá hasta que te conozcamos mejor. En tu nombre, Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!