Dios el Sastre
El mensaje de hoy fue escrito por la pastora invitada Rev. Tasha Blackburn.
Una vez tuve un jefe que era un tipo grande en todos los sentidos. Él tenía 6’5” de estatura, con una voz retumbante, pastor de una iglesia de 4,000 miembros. Su nombre era Bill. Varios de nosotros estuvimos en su casa, una noche, cuando su madre de 90 años estaba de visita. Bill recibió una llamada telefónica y tuvo que irse. Mientras se dirigía a la puerta, su madre corrió hacia él, sosteniendo algo. “Billy,” ella dijo: “No olvides tu suéter”. Este gigante de hombre pronto se jubilaría y aún así, ella no había dejado de ser su madre.
Me recuerda cunado Adán y Eva tuvieron que abandonar el Jardín del Edén. A veces pensamos que esa historia trata sobre la lujuria: la desnudez y las malas decisiones y todo eso. Pero es una historia sobre crecer. Pasamos de la inocencia al conocimiento con mucha lucha en el medio. Pero es en la lucha que nos convertimos plenamente en nosotros mismos. A medida que Adán y Eva salen por la puerta, sucede algo asombroso. Vemos que Dios está ocupado cosiéndoles algo de ropa para ponerse. Incluso cuando salen del Paraíso, Dios no ha dejado de ser su Dios.
Pensamos que era divertido ver a nuestro jefe ser mimado, pero Bill se iba porque había un problema. No sé qué era, pero hubo un conflicto o una emergencia, y entonces él salió a enfrentarlo. Así es la vida. Así que no tenía nada de gracioso que su madre estuviera ahí mismo – “Billy, no olvides tu suéter”. Ella no sabía a qué se enfrentaría él, pero ella sabía que sería difícil. Y allí estaba ella, en la puerta, para asegurarse de que estaba cubierto. “Billy, no olvides tu suéter.” No es divertido en absoluto.
Esta es nuestra historia. Crecemos. Vivimos con nuestras elecciones. Tomamos algunos caminos difíciles. Dios lo sabe. Por eso él está en la puerta. “Amado,” él dice, “esto va a ser difícil. No puedo hacerlo por ti, pero puedo cubrirte, así que no olvides tu suéter.”
Oremos: Señor misericordioso, prometiste que nos cubrirás bajo tus alas, como una mamá gallina. Sea lo que sea lo que enfrentemos hoy, encuéntranos en el camino, protégenos, y haznos seguros en tu amor. Amén.
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