Detente y Reflexiona
C.S. Lewis escribió una vez: “En el momento en que te levantas cada mañana, todos tus deseos y esperanzas para el día se precipitan sobre ti como animales salvajes. Y el primer trabajo de cada mañana consiste en hacer retroceder todo; en escuchar esa otra voz, tomando ese otro punto de vista, dejar que esa otra vida, más grande, más fuerte, más tranquila, empiece a fluir.”
Me pregunto si pudieras detenerte cada mañana por solo un momento y tomaras unas cuantas respiraciones profundas y notaras lo que se agita dentro de ti. Fíjate con qué estás tratando de enfrentarte. Observa qué ansiedades y qué preocupaciones surgen. Ahora bien, que pasaría si en dicha reflexión te preguntaras: ¿Qué es lo que quiero en la vida…? Ni dinero, ni objetos, ni experiencias – sino más bien ¿Qué es lo que realmente quiero?
Cuando reflexiono sobre esto: Quiero estar pleno. Quiero estar centrado. Quiero estar en paz – conmigo mismo y con el mundo…Yo quiero relaciones significativas, un trabajo significativo que hacer…
El Salmo 25 reza: “Señor, hazme conocer tus caminos; muéstrame tus sendas. Encamíname en tu verdad, ¡enséñame! Tú eres mi Dios y Salvador; ¡en ti pongo mi esperanza todo el día!…
Hoy, los invito a encontrar un momento de tranquilidad para detenerte y reflexionar sobre todo lo que te perturba. Invita a Dios a liderar. Y luego escucha.
Oremos: Dios amoroso, oramos con el Salmista: “A ti, Señor, elevo mi alma”. Te entregamos nuestras preocupaciones, nuestras inquietudes, nuestras angustias…Ahora, guíanos, sánanos, y utilízanos; en el nombre de Jesús. Amén.
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