Desafíos a los Cambios
El mensaje de hoy fue escrito por el pastor invitado Rev. Eric Wogen.
La vida está llena de desafíos. Vienen en muchos tamaños y formas. Algunos se relacionan con nuestra vida personal. Algunos involucran a familiares y amigos. Algunos se conectan con el lugar de trabajo. Algunos incluso pueden provenir de nuestra fe. Tú conoces los tuyos. Yo conozco el mío.
Hay momentos en los que podemos sentirnos abrumados por los complicados desafíos que se nos presentan, casi inmovilizados para enfrentarlos. Cuando esos momentos desagradables se cruzan en mi camino, recuerdo algo que observé hace años pero que nunca he olvidado, una lección de vida que se me quedó grabada.
Sucedió mientras trabajaba en nuestro huerto en Pensilvania. Noté una pequeña cantidad de escombros moviéndose muy lentamente pero constantemente a través de la tierra recién removida como si estuviera motorizada de alguna forma. Me preguntaba qué fuente de energía era la responsable de permitir ese movimiento. Una inspección más cercana trajo una sonrisa a mi rostro confundido. Rápidamente descubrí que una diminuta hormiga estaba soportando la carga de transportar una carga bastante pesada totalmente desproporcionada para su tamaño. La determinación, la perseverancia y la fuerza divina otorgada hicieron realidad lo aparentemente imposible.
Dios ha empacado el potencial en cada uno de nosotros, en ti y en mí, para hacer cosas asombrosas, cosas que podemos sentir que son imposibles. Él nos equipa y nos empodera no solo para hacer frente a la gran cantidad de desafíos que experimentamos, sino también para superarlos. Si esa hormiga pudo lograr su asombrosa hazaña, imagínese lo que Dios puede ayudarnos a lograr.
Nuestro Creador nos llama a ver lo que puede ser, a ir más allá de lo que es, a liberarnos de lo que busca bloquearnos. Los nuevos comienzos surgen de los desafíos actuales. Utiliza sus dones para hacer una diferencia significativa. Sorprende a alguien. Sorpréndete a ti mismo. Hazlo hoy, y mañana también.
Oremos: Dios generoso, nos has dotado de innumerables maneras. Nos has regalado lo que más necesitamos para servirte a ti y a los demás. Nos has bendecido para que podamos ser una bendición. Utilízanos para mover algunas montañas, o tal vez algunos montículos, para que otros puedan conocer la maravilla, el asombro y el poder de tu asombrosa gracia. En el nombre de Cristo, oramos. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!