Cuando Realizo la Pausa Más Larga…
En su biografía de Leonardo da Vinci, Antonio Vallenten escribe sobre un incidente que ocurrió mientras el artista estaba trabajando en su famosa pintura de La Última Cena en una capilla monástica en Milán. Aparentemente, da Vinci pasó muchas horas sentado en la capilla meditando, no pintando. Algunos de los monjes se dieron cuenta de esto y comenzaron a resentir lo que llamaron “períodos de inactividad”, y lo acusaron de perder el tiempo. Da Vinci justificó sus tranquilos momentos de reflexión diciendo: “Cuando realizo la pausa más larga, hago los trazos más reveladores con mi pincel.”
En un mundo donde tantos de nosotros estamos tan ocupados, creo que podríamos aprender algo de da Vinci. Cuando nos apresuramos de una actividad a la siguiente, o cuando llenamos cada momento del día con algún tipo de actividad o entretenimiento, perdemos una mayor perspectiva.
Recientemente he visto varios estudios que correlacionan el tiempo de inactividad con una creatividad mejorada. Ese “tiempo de inactividad” no es tiempo en línea, ni frente al televisor o incluso en libros, sino tiempo de reflexión o meditación.
En los evangelios, Jesús establece un patrón para nosotros. Alterna el tiempo trabajando y sirviendo a los necesitados con el tiempo separado de las multitudes en oración. Qué tú y yo encontremos maneras de hacer una pausa, para reflexionar y orar.
Oremos: Dios de Gracia, ayúdanos a encontrar tiempo alejados; tiempo de descansar, tiempo para renovar el alma en tu presencia. A través de ese tiempo, que nos traigas sanación, nuevas ideas y vida restaurada. En el nombre de Jesús. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!
