Cuando Pienso en la Iglesia
En su carta a los Efesios, el Apóstol Pablo escribe: Por lo tanto, ustedes ya no son extraños ni extranjeros sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular. En él todo el edificio, bien armado, se va levantando para llegar a ser un templo santo en el Señor. En él también ustedes son edificados juntamente para ser morada de Dios por su Espíritu.
Esta es una metáfora interesante de la iglesia. Pablo dice que, de alguna manera mística, esta comunidad de creyentes unidos se está construyendo en un templo vivo que respira, donde Dios está presente y obrando. En otras secciones, Pablo dice que la iglesia es como un solo cuerpo…cada uno de nosotros tiene un solo cuerpo con muchos miembros con diferentes dones. En la Primera Carta de Pedro dijo que somos como piedras vivas, con las cuales se está edificando una casa espiritual. Jesús dijo que somos como una familia.
Todo esto me hace preguntarme qué te viene a la mente cuando piensas en la iglesia.
Cuando pienso en la iglesia, recuerdo un momento cuando era un adulto joven, después de estar alejado de la iglesia durante años, cuando me conmovieron las historias de un joven misionero. Él había estado cuidando a personas con SIDA, en un barrio marginal en África. Y pensé: ¿Quién hace eso?
Cuando pienso en la iglesia pienso en el momento en que trabajaba codo a codo con una familia mexicana en Piedras Negras, México. Estábamos construyendo casas a través de un ministerio llamado Construcciones para Cristo. Todas las tardes, un grupo de personas de una iglesia Pentecostal local nos traían comida y agua embotellada y oraban por nosotros.
Cuando pienso en la iglesia, pienso en las personas de mi iglesia que llevan a uno de nuestros miembros de la tercera edad al consultorio médico. Pienso en cómo una y otra vez se han unido en apoyo de aquellos en nuestra congregación que luchan contra el cáncer. Oraciones, comida, llamadas telefónicas, oídos atentos…
Nunca lo olvidaré después del Huracán Irma, un domingo por la mañana, alguien puso un fajo de billetes en mi mano y dijo: “Oye Joe, tenemos un amigo en común que no va a nuestra iglesia, pero sé que está pasando apuros económicos”…Su casa fue dañada por la tormenta y además tenía problemas de salud. Me dijo: “Por favor, entrégale esto a ella y no le digas quién te lo entergó”. Desenrollé el fajo de billetes y eran 400 dólares. Cuando se lo di a la mujer necesitada, ella lloró…
Sé que algunas personas piensan que es una institución un edificio, o un pastor…Pero sabemos que es mucho más que eso. Pablo dijo que somos un templo vivo que respira, en el que el Espíritu de Dios nos une, nos enriquece, nos da vida…nos envía…
¿En qué piensas cuando piensas en la iglesia?
Oremos: Únenos amado Dios, para que seamos fortalecidos y sanados para servirte a ti y a este mundo que tanto amas. En el nombre de Cristo. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!