Cuando la Esperanza se Convierte en Fortaleza
Una vez escuché de un sistema escolar, en una ciudad grande, que tenía un programa que ayudaba a los niños estar al día con sus tareas durante sus estadías en el hospital. Un día, una maestra, que estaba asignada al programa, recibió una llamada en donde se le solicitaba visitar a un niño. Ella fue a visitar al niño, después del mediodía, pero nadie le había mencionado que el niño había sufrido terribles quemaduras y que estaba en un gran dolor. Visiblemente afectada ante la vista del niño, ella tartamudeó y le dijo, “Me han enviado para ayudarte con los sustantivos y adverbios.” Al irse, ella sintió que no había logrado mucho.
El siguiente día, una enfermera se le acercó a la profesora y le preguntó, “¿Qué fue lo que le dijiste al niño?” La profesora al sentirse culpable de haber hecho algo malo, empezó a disculparse. “Oh no,” dijo la enfermera, “Eso no fue lo que quise dar a entender. Hemos estado tan preocupados por él, pero su actitud ha cambiado desde su visita del día de ayer. Él está luchando y respondiendo a los tratamientos. Es como si hubiese decidido vivir nuevamente.”
Más tarde, después de la recuperación del niño, él explico que él había renunciado a toda esperanza hasta que la profesora se presentó. Él dijo, “Ellos no podrían haber enviado a una profesora a enseñar sustantivos y adverbios a un niño moribundo, ¿lo harían?”
G.K. Chesterton escribió, “La esperanza es tener esperanza cuando las cosas no tienen esperanza, de lo contrario no es una virtud en lo absoluto…siempre y cuando los asuntos sean realmente esperanzadores, la esperanza será meramente adulación o trivialidad; es solamente cuando las situaciones no tienen esperanza es cuando la esperanza empieza a convertirse en fortaleza.”
Oremos: En los momentos más oscuros de la noche, es difícil de creer que hay un camino a seguir. Cuando no podemos ver un camino, cuando no podemos ver el futuro, cuando no podemos ver tus regalos a lo largo del camino, es cuando te necesitamos más. Mis plegarias del día de hoy son para aquellos que se sienten en ese lugar, Oh Dios. Pido por ellos para que se les provea un abrumador acto de esperanza, un deseo de superarse, una voluntad de solicitar por ayuda, y una fuerza y valor más allá de ellos mismos. Yo les encomiendo a tú cuidado. Que tu Espíritu descanse sobre ellos y en cada uno de nosotros. Llénanos con tu paz. Amén.
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