Cruces en Nuestro Camino
El mensaje de hoy fue escrito por la pastora invitada Rev. Tasha Blackburn.
Hace muchos años comencé a ver cruces en todas partes. No solo quiero decir que los noté alrededor del cuello de las personas, aunque por supuesto, los vi allí. Quiero decir que los noté en todas partes: la forma en los postes telefónicos, en cierto ángulo, parecen una cruz; las forma en el interior de los cristales de las ventanas tienen la forma de una cruz; incluso la forma en que la lechada de baldosas forma una cruz en el piso de un baño público.
¡Yo dije “en todas partes,” ¿verdad?!
Parecía que todo tipo de lugares comunes tenían cruces en su diseño. Cuanto más lo notaba, mientras más de ellos veía y al comenzar a convertir estos avistamientos en mi propia forma de disciplina de algún tipo. Cada vez que veía una cruz en alguna parte inesperada, aprovechaba la oportunidad para orar. Algunas veces lo tomaría como un recordatorio de estar en silencio y escuchar a Dios durante los próximos dos minutos. Pequeños momentos, sí, pero se convirtieron en recordatorios importantes para conectarse con Dios.
Siempre he creído que Jesús utilizó cosas ordinarias para describir el reino de los cielos porque él quería tomar algo que todos conocían y luego voltearlo para que vieran el mundo de otra manera. Y todavía creo que eso es verdad.
Pero también he llegado a creer que Jesús utilizó las cosas ordinarias y cotidianas para describir el reino de Dios porque él quería que tuviéramos en constantes recordatorios de sus enseñanzas. Él quería que sus discípulos vieran a un granjero en el campo y no pudieran separar esa visión cotidiana con sus enseñanzas sobre Dios. Él quería que un árbol de mostaza transportara a las personas al increíble poder que su fe puede tener. Yo creo que Jesús utilizó lo ordinario porque sabía que siempre lo encontraríamos y, al encontrarlo, nos llamaría de nuevo hacía él. Una y otra vez.
Jesús nos está mostrando que nuestras vidas espirituales no tienen que ser altanera o una tarta en el cielo. Nuestras vidas espirituales deben cruzarse, desarrollarse, y alzar nuestros momentos cotidianos. Es cuando un campo verde a lo largo de la carretera se convierte en una oportunidad para orar, y una barra de pan fresco se convierte en una oportunidad para recordar, y una cruz en el piso de baldosas es una experiencia de gracia.
Oración: Señor Jesús, que tus enseñanzas intercepten mi vida el día de hoy. Tal vez me puedas encontrar durante un almuerzo o en una persona o en el tráfico. De la forma que desees, siempre lo haces, oro para que las partes ordinarias de mi vida puedan convertirse en una oportunidad para escucharte de nuevo. Y al escuchar, poder llegar a conocerte mejor. Es en tu nombre que oro. Amén
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