Construyendo Tu Vida
Durante los últimos dos días, hemos reflexionado sobre dos grandes artesanos del libro de Éxodo (capítulo 31), Bezalel y Aholiab. Hoy voy a dar un gran salto interpretativo: de sus vidas a la tuya y a la mía.
Si todos tenemos esta capacidad creativa dentro de nosotros, y creo que la tenemos (aunque esté latente desde tercer grado); entonces tal vez, sólo tal vez, sea posible aplicar este espíritu artístico a nuestra vida cotidiana…
Unos de mis artistas favoritos, John Severson, dijo que su declaración de misión personal era la siguiente: Haz que sea una vida hermosa. Haz que la vida sea hermosa para ti y para todos los que conozcas. Creo que quiso decir que, más allá del arte que creó, hay que crear una vida hermosa para ti y para todos los demás, simplemente por la forma en que vivió…
En 1972, poco antes de su muerte, Abraham Joshua Heschel dijo en una entrevista: “Yo les diría a los jóvenes una serie de cosas…yo les diría que recuerden que hay un significado más allá de lo absurdo. Que estén seguros de que cada acción cuenta, de que cada palabra tiene poder y de que podemos hacer – cada uno de nosotros – nuestra parte para redimir al mundo a pesar de todo lo absurdo y todas las frustraciones y decepciones. Y, sobre todo, recuerda que el sentido de la vida es vivir la vida como si fuera una obra de arte. Durante tu juventud, comienza a trabajar en esta gran obra de arte llamada tu propia existencia.”
Me pregunto cómo sería para ti vivir tu vida – crear tu vida – como si fuera una obra de arte…
Me pregunto cómo sería para ti hacer la vida hermosa no solo para ti, sino para todos dentro de tu esfera de influencia…
Bueno, es un gran salto interpretativo de estos dos artesanos desconocidos a tu vida y a la mía. Pero, una cosa que sabemos con certeza a partir de este texto del Éxodo es que la creatividad, la imaginación y el espíritu artístico son aspectos esenciales del espíritu humano, y Dios los honra. Y cuando los usamos, tocan el alma de los demás.
Hoy oro para que tú y yo sigamos apreciando el arte y a los artistas como un regalo de Dios. Y que reconozcamos en nosotros mismos la capacidad de hacer que la vida que nos rodea sea hermosa para todos aquellos con quienes entramos en contacto.
Oremos: Tú eres el Artesano Maestro, Oh Dios. Debes amarnos verdaderamente para deslumbrarnos con tu obra a diario: altas montañas cubiertas de nieve, puestas de sol de un rosa fluorescente, cascadas que fluyen en todo esto y en la miríada de plantas y animales que hay por toda la faz del planeta, vislumbramos algo de tu espíritu creativo, un espíritu que has puesto en cada uno de nosotros. Te damos gracias y te alabamos. Amén.
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