Cómo ser Alegre
En algún momento, en un Devocional de Daily Walk (Caminando a Diario), había una lista interesante en un mensaje titulado: “Cómo ser Miserable.” Suena como una buena lectura, ¿no es así? Bueno, aquí está una parte de la lista: “Piensa en ti mismo. Habla de ti mismo. Utiliza el “yo” tan a menudo como sea posible. Espera ser apreciado. Sé suspicaz. Sé celoso y envidioso. Sé sensible a los desaires. Nunca perdones una crítica. No confíes en nadie más que tú mismo. Insiste en la consideración y el respeto. Nunca olvides un servicio que hayas otorgado. Haz lo mínimo posible por los demás.”
En su carta a los Filipenses, el Apóstol Pablo parece darnos el consejo opuesto a lo anterior. Cómo ser feliz. De hecho, este tiene que ser una de sus cartas más llenas de alegrías – ¡a pesar del hecho de que está escribiendo desde la cárcel!
En el capítulo 2, Pablo escribe “…llénenme de alegría…No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás.”
Algo sucede cuando nos movemos más allá de nuestros propios problemas e inquietudes y buscamos la forma de ayudar a los demás. A menudo tenemos un cambio de perspectiva. Y a medida que cambiamos nuestra energía y nuestros pensamientos lejos de nosotros mismos, damos cabida a una alegría y realización más profunda en donde podemos establecernos.
Oremos: Dios de la Esperanza, algunos de nosotros, el día de hoy, estamos sufriendo mucho. Algunos de nosotros ni siquiera podemos imaginarnos moviéndonos más allá del dolor del momento para tener energía suficiente para enfrentar los problemas de otras personas. Por aquellos en una situación desesperada, te pedimos que los acompañes en el momento de sus necesidades más profundas. Rodéalos con tu gracia sanadora y comienza a mostrarles la luz de un nuevo día. Guía a cada uno de nosotros hasta el punto en que seamos instrumentos de tu paz, comprometidos en tu servicio. Porque oramos en el nombre de Aquel que vino para que tengamos vida abundante. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!