Cielo en La Tierra

Una antigua historia Asiática provee dos imagines que contrastan la diferencia entre el cielo y la tierra. La imagen del infierno es la siguiente: Hay un gran salón de banquetes. El salón está preparado con lo más fino que el dinero puede comprar. La comida en sí ha sido preparada por el mejor chef del mundo. Los invitados presentes están vestidos en sus más finos atuendos. Lo único extraño acerca de esta escena era los cubiertos y los utensilios de cocina, los cuales estaban hechos de plata pura, eran bien largas, pesadas e incómodas. Cuando los invitados se sentaron y empezaron a comer, algunas personas no eran capaces de levantar cualquiera de los utensilios. Aquellos que eran capaces de levantar el tenedor, cuchillo o cuchara no los podían maniobrar para poder comer algo. Muy pronto los comensales empezaron a chocar entre sí en sus intentos de poder comer. El resultado fue frustración e inclusive ira. Al final ninguno pudo conseguir algo de comer.

La imagen del cielo era un poco diferente. El mismo salón de banquetes es decorado de la misma forma; roble del bosque negro, lino, porcelana china, cristal Waterford y fina comida, está todo presente. Inclusive los largos e incómodos cubiertos están presentes. Hay un grupo diferente de invitados quienes están vestidos inteligentemente. De alguna forma estos comensales han aprendido una importante lección. Ellos se han dado cuenta que los utensilios no les permitirán alimentarse por sí mismos. Por lo tanto, a medida que se sientan a comer, aquellos que son capaces de levantar los utensilios se sirven la comida y maniobran de tal forma que puedan alimentar a la persona a su lado. Cuando es necesario, dos personas levantan el tenedor y alimentan a una tercera persona, quien, a cambio, con ayuda alimenta a quienes lo alimentaron. Al final todos comieron bien; hay risa y narración de historias. Cada persona está satisfecha e inclusive alegre, porque aprendieron la forma de alimentarse unos a otros.

Esta historia también es una metáfora para nuestra vida aquí en la tierra. La vida es un infierno cuando somos egoístas y egocéntricos. Sin embargo, experimentamos el cielo en la tierra cuando servimos y amamos a los demás.

Oremos: Oh Dios, continúa mostrándonos tus caminos, de tal forma que podamos adueñarnos de la vida que verdaderamente es vida. Amén.

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