Redención

Redención

El Dr. Keith Wagner escribió una vez sobre la devastación causada por la erupción del Monte Santa Helena en 1980. Los bosques fueron destruidos por el fuego, y los ríos se saturaron con escombros. Los peces y otros animales salvajes murieron. Humos tóxicos llenaban el aire, y el futuro del área parecía sombrío.  

Sin embargo, menos de un año después de la erupción, los científicos descubrieron que, a pesar del hecho de que los ríos habían sido saturados con barro caliente, cenizas volcánicas y escombros flotantes, algunos de los salmones y truchas habían logrado sobrevivir. Al usar arroyos y salidas de agua alternas, algunos de los cuales tenían menos de seis pulgadas de profundidad, los peces regresaron a sus lugares de desovo. En unos pocos años, los campos, lagos y ríos que rodean al Monte Santa Helena, una vez, más rebosaron de vida. Incluso la montaña misma comenzó a mostrar signos de nueva vegetación. 

El punto del Dr. Wagner fue que a veces en la vida lo que parece ser una situación sin esperanza, realmente no lo es. El dolor y el sufrimiento, finalmente, no llegan a tener la última palabra. La devastación y el dolor no llegan a tener la última palabra. Dios la tiene. Y, de las cenizas, del sufrimiento, surge una nueva fuerza, una nueva profundidad y un nuevo comienzo. 

Oremos: Dios de toda vida nueva, ayúdanos a confiar que estás obrando, incluso ahora en los lugares devastados de nuestras vidas y en este mundo. Danos indicios de redención, sanación, renovación y restauración, para que tengamos valor y esperanza; porque oramos en el nombre de Jesús que dijo: “¡Voy a hacer algo nuevo!” Amén.

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Salvación

Salvación

A veces las personas me preguntan: ¿Eres salvo? ¿Alguna vez te lo han preguntado? Y la respuesta es, por supuesto, sí. Es un regalo de Jesús. Pero debemos tener cuidado de no reducirlo, de no volvernos simplistas al respecto. Porque la vida de fe es el viaje de toda una vida. Va mucho más allá de ese primer sí. La salvación tiene que ver tanto con la vida antes de la muerte como la vida después de la muerte. Y en ese sentido, las preguntas están siempre ante nosotros:

¿Qué tipo de vida quiero vivir? ¿Qué tipo de relaciones quiero tener? ¿Qué tipo de mundo quiero crear? ¿Qué tipo de legado quiero dejar?

La palabra “salvación” en el idioma Griego original del Nuevo Testamento es “sozo”. A veces también se traduce como ser sanado; hacernos plenos.

La pregunta es: ¿Estás salvo? También puede traducirse: ¿Estás siendo sanado?

Ayer reflexioné sobre la idea del éxito. En mi opinión, esto se relaciona con todas las preguntas que planteamos anteriormente. Para mí, el éxito cosiste en vivir mi propia salvación.

Nuevamente, hoy los dejo con la pregunta: ¿Cómo tú defines el éxito?

Oremos: Dios de amor, te damos gracias por la salvación que nos ofreces a través de Jesús. Deseamos desesperadamente que nos sanes, que seamos plenos. Ayúdanos a confiar en ti y empodéranos para vivir las preguntas en sí. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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Definiendo el Éxito

Definiendo el Éxito

Uno de los podcast que escucho con regularidad se llama Farnam Street. Lo presenta un hombre de nombre Shane Parish, que anteriormente había trabajado para el equivalente canadiense de la CIA. Él entrevista a personas de todos los ámbitos de la vida que son los mejores en el campo: Generales de cuatro estrellas, directores ejecutivos de empresas de Fortune 500, Gerentes de Fondos de Cobertura, la élite de los campos de la medicina e ingeniería, los mejores psicólogos, y así sucesivamente.

Por varios años, él finalizaba cada entrevista con la misma pregunta: ¿Cómo define usted el éxito?

Se trata de personas que han alcanzado lo más alto en sus campos, y es interesante. Los he escuchado a todos y nunca he oído a nadie mencionar el estatus, el puesto de trabajo, el dinero o cosas por el estilo. Las respuestas varían. Pero, casi todas giran en torno a los temas de dar, amar y servir a los demás, y de generar un impacto positivo en el mundo, aunque sea de forma pequeña. Un director ejecutivo, en particular, dijo que definía toda su vida, su vida familiar, su vida laboral y su vida comunitaria, todo ello a través de la lente del servicio. Su objetivo es hacer que la vida de los demás sea un poco mejor.

Hoy, te invito a que reflexiones un momento sobre cómo definirías el éxito. ¿Cuáles son las cosas que más te importan en la vida?

Oremos: Nos has creado, Oh Dios, a tu imagen. Eres un Dios amoroso, generoso y relacional…Empodéranos para alinear nuestros corazones y nuestras vidas con los tuyos. En el nombre de Jesús. Amén.

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La Enfermedad de Dolores de Cabeza

La Enfermedad de Dolores de Cabeza

El mensaje de hoy fue escrito por el Reverendo Dr. Roger Kunkel, q.e.p.d., fundador de Dial Hope.

Quiero comenzar esta meditación con un pasaje Bíblico del Nuevo Testamento, Primera Carta de Pedro 1:22: “Ahora que se han purificado obedeciendo a la verdad y tienen un amor sincero por sus hermanos, ámense de todo corazón.”

El músico Duke Ellington, q.e.p.d., dijo que su médico le dijo una vez que la enfermedad de dolores de cabeza mata a más personas que cualquier otra enfermedad en el mundo. Es muy importante, por lo tanto, ¡no dejar que nada te produzca dolores de cabeza! El doctor de Duke no estaba hablando acerca de los dolores de cabeza comunes. Él estaba aludiendo a las tensiones de la vida y nuestras relaciones con los demás.

Una de las tensiones más destructivas de la vida es el odio. Si te permites a ti mismo odiar lo más probable es que al que odias no se va a enfermar – ¡tú te enfermarás! – Amando al vecino en vez de permitirle que te de dolores de cabeza es la mejor manera de evitar este tipo de tensión y enfermedad.

Los médicos encuentran que el consejo de Jesús de amarnos unos a otros es un buen consejo médico. La ausencia de dolores de cabeza no solamente trae consigo un cuerpo sano, sino también que haya paz en la mente, una vida feliz, y continua esperanza. 

Memoriza este hermoso pasaje Bíblico del libro de Proverbios del Antiguo Testamento: “Gran remedio es el corazón alegre, pero el ánimo del decaído seca los huesos.” (Proverbios 17:22)

Oremos: Dios de amor, reconocemos que la vida es una mezcla de luz y oscuridad, de facilidad y de dificultad, alegría y angustia. Hoy oramos especialmente por aquellos que están experimentando el lado más oscuro; aquellos que lloran, los que luchan con problemas personales, aquellos que se sienten abandonados, aquellos cuyas vidas han sido tocadas por la enfermedad o la desesperación, aquellos que están cansados y asustados.

Permite que la esperanza que viene de Jesucristo infunda sanación, amor, fortaleza y valor. Sálvanos a todos de la enfermedad de dolor de cabeza que es el odio, la amargura y el cinismo. Ahora permite que la alegría que se encuentra en el evangelio llegue a nuestros oídos con nueva verdad y con un día de fervor. A través de Jesucristo. Amén.

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Desde Siempre y Para Siempre

Desde Siempre y Para Siempre

Hace años recuerdo que una de mis hijas me preguntó: “Papi, ¿Qué había aquí antes que Dios?” Y respondí: “Cariño, Dios siempre ha estado aquí, y Dios siempre estará aquí.” “¿Cómo es eso posible?”, Respondió ella. “Hmmm…La verdad es que no lo sé.”

Es difícil enfocar nuestras mentes en el concepto de eternidad.

El autor Holandés / Estadounidense, Hendrick Wilen Van Loon, escribió una vez: “En lo alto de la zona norte, en el lugar llamado Svithjod, hay una roca. Tiene 100 millas de alto y 100 millas de ancho. Una vez cada 1000 años, un pajarito llega a esta roca para afilar su pico. Cuando la roca haya sido desgastada, entonces un solo día de eternidad habrá transcurrido.”

El Salmo 90:1-4 ofrece esta oración:

Señor, tú has sido nuestro refugio generación tras generación.

Desde antes que nacieran los montes,

Y que crearas la tierra y el mundo,

Desde los tiempos antiguos y hasta los tiempos postreros,

tú eres Dios.

Oremos: Amado Dios, te agradecemos que nuestras vidas descansan en tus manos. Desde este día a través de toda la eternidad te pertenecemos. Concédenos un sentido de tu paz – sabiendo que eres amado, y que el amor nunca termina. Amén.

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Dios te Sostendrá

Dios te Sostendrá

El Salmo 55 comienza: “Escucha, oh Dios, mi oración; no pases por alto mi súplica. ¡Óyeme y respóndeme, porque mis angustias me perturban!

Luego, en el versículo 17 continúa: “Pero yo clamaré a Dios, y el Señor me salvará. Mañana, tarde y noche clamo angustiado, y él me escucha.”

Estas son palabras conmovedoras y poderosas que deben haber venido de alguien que estaba teniendo grandes dificultades en su vida. Solo puedo imaginar el tipo de desamor, tragedia o necesidad que provocaría este tipo de oración. Sin embargo, en medio de todo parece haber una fe inquebrantable de que Dios responderá. Dios escuchará. Dios salvará.

Mi oración es que tú y yo nos acerquemos a Dios con la misma confianza inquebrantable. Si bien es posible que Dios no responderá cuándo y cómo deseamos, el testimonio de las personas de fe a lo largo de las generaciones es que podemos confiar en que Dios escuchará nuestro dolor, nuestras necesidades, nuestras quejas y Dios responderá.

El Salmo nos deja con esta promesa en el versículo 22: “Encomienda al Señor tus afanes, y él te sostendrá…”

Que así sea.

Oremos: Amado Dios, hoy te entregamos nuestras cargas. Y confiamos en que, en tu propio tiempo, a tu propia manera, nos redimirás, sanarás y empoderarás para vivir y servir de nuevo. Amén.

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El Regalo de Aquellos que Amamos

El Regalo de Aquellos que Amamos

Hay una historia sobre una joven pareja que estaban en un noviazgo y fueron a acampar en una fría noche de otoño. Cuando se fueron a dormir esa noche –  ella estaba durmiendo en un catre, él estaba en el piso en un saco de dormir. Justo después de que apagaran la linterna, la novia se inclina y dice: “Cariño, aquí si hace frío.” Entonces, el joven se levanta, congelándose corre hacia el carro para conseguir una manta extra. Tan pronto vuelve a meterse en su saco de dormir, la joven se inclina y dice: “Lo siento, todavía tengo frío.” Entonces el joven se levanta de nuevo, congelándose y corre nuevamente al carro. El agarró otra manta y la cubrió y se regresó al saco de dormir. Una vez más, la joven susurra, “simplemente no puedo calentarme, cariño.” Entonces el joven se inclina y pregunta: “Oye, ¿quieres fingir que estamos casados? Sólo por esta noche. Estamos en un lugar apartado, en medio de la nada y nadie lo sabrá nunca.” La joven piensa sobre el asunto y luego dijo: “Claro, solo por esta noche.” Entonces el joven dio la vuelta hacia ella y le dijo: “¡Está bien, entonces levántate y consigue tu propia manta!”

¿No es así como es a veces? Nos familiarizamos tanto entre nosotros, con las personas que amamos, que los tomamos por sentado. Y nos olvidamos…Olvidamos lo importantes que son para nosotros. Olvidamos que puede que no estén con nosotros para siempre.

Hoy, que tú y yo recordemos el precioso regalo que Dios nos ha dado en nuestros seres queridos. Que recordemos el regalo que tenemos en la familia y en nuestros amigos queridos. Y que nuestro amor por ellos sea siempre transparente.

Oremos: Oh Dios de Esperanza, te damos gracias por las personas en nuestras vidas que están más cerca de nosotros – quizás un niño, un cónyuge, un padre o un amigo. ¡Qué regalo el que nos has dado! El día de hoy oramos especialmente por ellos, y los alzamos a tu cuidado. Ayúdanos a apreciarlos, y a ver tu amor en ellos. Que nunca los tomemos por sentado, sino más bien que podamos apreciar cada momento con ellos – incluso los momentos difíciles. A través de Jesucristo. Amén.

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La Turbulencia Perfecta

La Turbulencia Perfecta

El mensaje de hoy fue escrito por el Dr. Roger Kunkel, q.e.p.d., fundador de Dial Hope.

George Bernard Shaw describió a Beethoven como “el espíritu más turbulento que jamás haya encontrado expresión en el sonido puro. El poder de la Novena Sinfonía es la alegría turbulenta de la humanidad.” Por supuesto, cuando las turbulencias controlan nuestras vidas, todo se vuelve caótico y loco. Pero esa no es la culpa de la turbulencia. Nosotros los humanos tenemos la culpa. Para estar seguros, ¡las únicas personas sin problemas, preocupaciones y turbulencias están en el cementerio! 

La habilidad que tenemos que tener en la vida es de mantener suficiente turbulencia para ser expansiva sin ser inundado por ella. Tal y como sabiamente comentó Nietzsche: “Debemos de tener suficiente caos en nuestras vidas para dar luz a las estrellas danzantes.”

Esto me recuerda a Henry David Thoreau. Cuando su mamá lo encontró todavía despierto en la cama cuando era niño, ella le preguntó: “¿Por qué, Henry querido, por qué no te vas a dormir?” “Madre,” dijo el niño, “he estado mirando a través de las estrellas para ver si logro visualizar a Dios detrás de ellos.”

Oremos: Oh Dios, estamos agradecidos de que no nos des todo lo que pedimos sino solo lo que necesitamos. Que seamos sabios como los zorros e inocentes como corderos, para que podamos vivir en este mundo y seguir siendo efectivos sin perder nuestro sueño de amor, fidelidad y alegría. Muy a menudo nos quejamos de que nos exijas más de lo que podemos soportar. Entonces, un niño sin edad con Síndrome de Down nos ve de cerca en el supermercado, o una madre sin hogar que lucha por sus hijos nos mira directamente y nos habla confiadamente de ti y de su futuro. Un Samaritano incontenible aparece para inscribirnos como posaderos. Así que aprendemos nuevamente que lo que depende de nosotros no lo es todo, pero solo lo máximo que esté a nuestro alcance para hacer la gracia de Dios real para los demás, ayudar a que la justicia descienda como agua, que la paz fluya como un río, que la belleza brote de la fealdad y que la esperanza logre alas como un águila. Amado Dios, ¡cuán grande eres! En el Espíritu de Jesús oramos. Amén.

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Salmo 46

Salmo 46

Uno de mis Salmos favoritos es el Salmo 46. Este Salmo ha sido leído durante siglos por las personas en tiempos de gran necesidad o crisis. Leímos este Salmo en nuestra iglesia la noche del 11/9/2001. Lo leímos nuevamente al comienzo de la pandemia de coronavirus, cuando nuestra iglesia estaba a punto de cerrar. Más recientemente, lo leí a la luz de los ataques terroristas en Israel y la respuesta que se desató en consecuencia.

Hoy, los invito a escuchar nuevamente el Salmo como un simple mensaje de esperanza y confianza. El Salmo 46 servirá como nuestro mensaje y oración. 

Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia. Por eso, no temeremos, aunque se desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar; aunque rujan y se encrespen sus aguas, y ante su furia retiemblen los montes.

Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios, la santa habitación del Altísimo. Dios está en ella, la ciudad no caerá; al rayar el alba Dios le brindará su ayuda. Se agitan las naciones, se tambalean los reinos; Dios deja oír su voz, y la tierra se derrumba.

El Señor Todopoderoso está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob.

Vengan y vean los portentos del Señor…Ha puesto fin a las guerras en todos los confines de la tierra; ha quebrado los arcos, ha destrozado las lanzas, ha arrojado los carros al fuego.

“¡Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios! ¡Yo seré exaltado entre las naciones! ¡Yo seré enaltecido en la tierra!”

El Señor Todopoderoso está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob.

Amén.

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Para Ti…

Para Ti…

La carta a los Filipenses es una de las cartas más cálidas de Pablo. También fue una de las más alegres. Está escrita a un grupo de personas que conocía y amaba. Lo sorprendente es que la escribió desde la prisión, y mientras la escribía, se enfrentada a cargos de pena capital. Sabía muy bien que podría ser martirizado por su fe.

Cuando pienso en la situación de Pablo, me imagino que en esa etapa de su vida y de su ministerio, después de todo lo que había soportado, años de prisión, naufragios, apedreamientos, palizas…él tuvo que sentirse agotado. Me imagino que pensaba en volver a casa para estar con Jesús…Me imagino que anhelaba experimentar ese “eterno peso de gloria más allá de toda medida” del que había escrito tan bellamente. 

Y en el capítulo 2, versículo 21, escribe: “Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia.”

Pero es casi como si estuviera discutiendo consigo mismo porque luego añade: “Me siento presionado por dos posibilidades: deseo partir y estar con Cristo, que es muchísimo mejor…Pero…” él continúa: “por el bien de ustedes es preferible que yo permanezca en este mundo…” Por el bien de ustedes…Y luego él añade: “Convencido de esto, sé que permaneceré y continuaré con todos ustedes para contribuir a su jubiloso avance en la fe…”

En otras palabras, toda la motivación de Pablo para vivir, toda su motivación para seguir adelante es su deseo para servir a los demás.

Sin duda, el amor es un motivador poderoso. También es la necesidad de dar, de servir, de marcar la diferencia. La verdad es que, en cada etapa de la vida, todos tenemos algo que ofrecer a los demás. Todos podemos encontrar formas de dar y servir.

Nuestra fe nos enseña que Jesús nos muestra el corazón mismo de Dios. Si esto es verdad, entonces vemos claramente que adoramos a un Dios que lo da todo. Adoramos a un Dios que es amor…Adoramos a un Dios que camina al lado de los que sufren…de los necesitados.

Si fuimos creados a imagen de un Dios así, no es de extrañas que encontremos gran significado, alegría y esperanza en nuestra generosidad.

Oremos: Dios misericordioso, te damos gracias porque, incluso en medio de nuestro quebrantamiento, sigues intentando obrar a través de nosotros. Oramos hoy, especialmente por aquellos que sienten que llevan el peso del mundo sobre sus hombros. Acércate a ellos. Acércate a nosotros. Amén. 

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