Dar y Recibir

Dar y Recibir

Una noche, durante la Guerra de Crimea, Florence Nightingale caminaba por una sala de hospital. Se detuvo por un momento y se inclinó sobre un soldado seriamente herido. A medida que lo miraba, el soldado miró hacia ella y le dijo, “Para mi Tú eres Cristo.”

¿Alguna vez has tenido una experiencia como esa? ¿Cuándo alguien te ha ayudado en un momento de necesidad? ¿Cuándo fue casi como si la mano de Cristo mismo se extendiera a ti?

Una llamada telefónica en el momento indicado, una comida casera, una factura de electricidad pagada, comestibles en la puerta de tu casa, una nota amable, un abrazo, un oído atento, una visita en un momento de necesidad. Cristo está allí. Y ya sea que fueses la persona que da o la que recibe, en esos momentos, su amor, misericordia y gracia son reales – incluso tangibles.

Oremos: Espíritu Santo, Dador de esperanza y renovación, Tu amor fluye de persona a persona, tu misericordia de mano en mano, tu gracia de vida en vida. Gracias por tu presencia derramada sobre nosotros mientras tomamos nuestro lugar en esta cadena de dar y recibir. Ayúdanos a no ser demasiado orgullosos para recibir, o demasiado toscos para dar.

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Como un Padre Amoroso

Como un Padre Amoroso

Hace muchos años, mi familia estaba en una pequeña reunión de grupo en la iglesia. Al final de nuestro tiempo juntos, mi hija Marley, que tenía cinco años en ese momento, quería quedarse en el área de juegos. Sin embargo, era el momento de irse y su mamá le dijo: “No cariño, nos estamos preparando para irnos. Tenemos que hacer las maletas y vamos a tener una oración y tenemos que ser parte de eso.” Recuerdo que Marley sólo rogaba para poder regresar al área de juegos, pero la respuesta todavía era un rotundo no.

Todos nos reunimos y compartimos situaciones que necesitaban nuestra oración y alguno de ellos eran situaciones críticas. Me ofrecí a orar, pero justo en ese momento Marley interrumpió y dijo: “Oye, yo quiero irme.” Le pregunté si ella quería ser la persona para orar. “No,” ella dijo, “yo quiero compartir.” OK. Así que ella continuó: “Todos oren por mí. ¡Mi mamá es mala!” 

La mayoría de nosotros los padres hemos estado en dicha situación. Amamos a nuestros hijos y queremos lo mejor para ellos. Y por ende hay ocasiones en que tenemos que decir no – incluso cuando nuestros hijos no entienden por qué.

A veces es difícil de entender del por qué Dios pudiese decirnos que no – especialmente cuando nuestras peticiones son desesperadas y sinceras, incluso en línea con lo que sé acerca de la voluntad de Dios. A veces ganamos claridad en retrospectiva. Pero hay muchas oraciones sin respuesta que todavía no entiendo.

Recuerdo a mi amigo Charlie Landreth hablando de su abuela. De niño, ella lo ponía en su regazo y le leía, a veces de la Biblia, a veces de un libro. “Confía en el Señor con todo tu corazón”, ella solía decir. Charlie dijo: “Ha pasado casi toda una vida desde aquella temprana instrucción y todavía estoy aprendiendo a confiar en el Señor. Verás, aprendo lentamente.”

¿No somos todos Charlie? ¿No lo somos todos?

 Oremos: Amado Dios, confiamos en que eres tan bueno tal y como nos ha dicho Jesús – que eres clemente, misericordioso y compasivo. Eres santo y sagrado y más de lo que nuestra mente humana pueda captar. Así que te pedimos que nos concedas la gracia que necesitamos este día, para conocer tu amor y aceptarlo. Lo pedimos en nombre de Jesús. Amén.

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Perspectiva

Perspectiva

En 1986, Bob Wieland fue el último en el Maratón de Nueva York de 20,000 corredores. Le tomó cuatro días, más dos horas cuarenta y ocho minutos y diecisiete segundos – lo cual fue increíble considerando que ¡Bob corrió con sus brazos! 

En 1969, en servicio militar en Vietnam, Bob caminó sobre una mina explosiva y perdió ambas piernas, por encima de la rodilla. Así que cuando Bob compite, se sienta en una silla de 15 libras, cubre sus puños con almohadillas y corre con los brazos.

Durante su vida, Bob ha completado muchos maratones. Él es el único amputado de ambas piernas que ha finalizado el Triatlón Ironman de Konoa sin una silla de ruedas. Además de todo esto, Bob también ha corrido de costa a costa de los Estados Unidos con sus manos – lo cual le tomó solamente tres años, ocho meses y seis días. 

¡Cuán espíritu más profundo! ¡Cuán Inspiración! Esto realmente pone mis retos en perspectiva.

Si piensas en ello, habría sido fácil para Bob Wieland sentir autocompasión por sí mismo, caer en la amargura o la desesperación, o renunciar a la vida por completo. En su lugar, no dejó que su situación lo limitara o lo definiera. Él ha aceptado la vida tal y como es, y ¡la vida lo ha aceptado de inmediato!

Oremos: Te damos las gracias, Oh Dios, por personas como Bob Wieland – personas que son una inspiración para nosotros. En esos momentos en que nos sentimos con lástimas de nosotros mismos, encuéntranos en nuestros retos. Concédenos una medida adicional de valor y una nueva determinación para perseverar, para superar y abrazar la vida tal como es. Amén.

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La Luz de Jesús

La Luz de Jesús

Keith Miller cuenta una maravillosa historia acerca de un ejecutivo ocupado, en una ciudad del Este, que se apresuraba en abordar un tren una mañana. El ejecutivo tenía una importante reunión en la oficina, y necesitaba abordar el tren para llegar a tiempo. Justo cuando estaba a punto de abordar el tren, accidentalmente tropezó con un niño que llevaba un rompecabezas en una caja. La caja voló, y las piezas se dispersaron por todas partes. ¿Qué debe hacer? ¿Deberá detenerse y ayudar al niño recoger las piezas? ¿O debería abordar el tren? Él no podía hacer ambas cosas; ¡No había suficiente tiempo! Si se detenía a ayudar, no podría abordar el tren y llegaría tarde. ¿Qué debe hacer? ¿Qué habrías hecho? Bueno, el hombre se detuvo y ayudó al muchacho levantar las piezas mientras el tren partía. El niño lo observó de cerca con una especie de asombro. El niño dijo: “Señor, te perdiste el tren.” “Lo sé” dijo el hombre. “¿Vas a llegar tarde al trabajo?” preguntó el niño. “Sí, pero era más importante que me detuviera y te ayudara.” Entonces el niño dijo: “Señor, ¿puedo hacerle una pregunta?” “Si, por supuesto.” “Señor, ¿Eres Jesús?” Keith Miller escribió: “Y por el momento el hombre se dio cuenta de que –en esa plataforma- él lo fue.” El pequeño niño vio la luz de Jesús en el acto de dicho hombre del verdadero amor de Dios.

Amigo de Dial Hope (Digita Esperanza), durante estos tiempos difíciles, ¿Cómo estás? ¿Pueden las personas ver en ti el espíritu del perdón de Cristo? ¿Y pueden las personas ver en ti el amor de Cristo?

Oremos: Dios Creador, eres águila, eres paloma, eres color y sonido, eres viento y fuego. ¡Cuán grande eres! Tu mundo está lleno de dolor y alegría. Que estés especialmente con aquellos que no pueden dormir, con los que tienen miedo, que tienen poca esperanza. Extiende tu amor como una chaqueta desgastada y amada sobre aquellos que necesitan comodidad y amor. Porque oramos en el nombre del Príncipe de la Paz, nuestro Señor Jesucristo. Amén.

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Hay un Carpintero Cerca

Hay un Carpintero Cerca

Cuando el Rev. Dr. Samuel Shoemaker fue el rector de la Iglesia Episcopal del Calvario, en la ciudad de Nueva York, él hizo que repararan un viejo edificio y comenzó una misión hacia los hombres de la ciudad de Bowery. Un famoso caricaturista se interesó en la Misión y dibujó para el Dr. Shoemaker un poster conmovedor. En el poster, un hombre sin hogar estaba de pie contra una pared, mientras la cruz de la misión se mostraba desde la esquina. El título se leía: “Hay un lugar cercano, donde un Carpintero todavía repara a hombres destrozados.”

Creo que es hermoso. Pero también estoy profundamente consciente de que no son sólo las personas sin hogar las que necesitan reparaciones. Son personas como tú y yo. Son personas con corazones rotos y sueños rotos; personas que sufren de desesperación o adicción; personas que han cometido errores y personas que asumen el peso del mundo.

En el Evangelio de Mateo, Jesús dijo: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma.”

Qué tú y yo nunca olvidemos que, efectivamente, hay un Carpintero que arregla corazones rotos y vidas rotas.

Oremos: Dios de la Esperanza, todos tenemos lugares rotos en nuestras vidas. Te necesitamos, y nos acercamos a ti ahora pidiéndote que nos repares y nos sanes. En el nombre de Jesús. Amén.

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Todos Nuestros Hijos

Todos Nuestros Hijos

Durante el conflicto en Sarajevo, Jim Wallis escribió sobre un periodista que estaba cubriendo la guerra. Un día, en medio de una batalla, el reportero vio la forma en que un francotirador le disparó a una niña. Por supuesto, arrojó su libreta y el lápiz, corrió hacia el hombre que estaba sosteniendo a la niña, y luego los ayudó a ambos a entrar al vehículo. 

A medida que el reportero se dirigía al hospital, el hombre que sostenía a la niña que sangraba dijo: “Deprisa, mi amigo, mi hija todavía está viva.” Un momento o dos más tarde, “Deprisa, mi amigo, mi hija todavía respira.” Un momento después, “Deprisa, mi amigo, mi hija todavía tiene temperatura en su cuerpo.” Finalmente, él gritó, “Deprisa. Oh, Dios, mi hija se está poniendo fría.” 

Cuando llegaron al hospital, la pequeña niña había fallecido. Cuando los dos hombres estaban lavándose la sangre de sus manos y ropa, el hombre dio la vuelta hacia el reportero y dijo: “Esta es una tarea terrible para mí. Tengo que ir a decirle a su padre que su hija está muerta. Él va a estar devastado.” El periodista quedó aturdido. Miró al angustiado hombre y dijo, “yo pensé que era tu hija.” Luego el hombre miró hacia el periodista y dijo: “No, pero ¿Acaso no son todos nuestros hijos?”

Es tan cierto. Son todos nuestros hijos. También son hijos de Dios, y Dios nos ha confiado su cuidado.

Jesús dijo una vez: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aún por los más pequeños, lo hicieron por mí.” (Mateo 25:40)

Si alguna vez te has preguntado del por qué las iglesias apoyan los orfanatos o por qué llenan las mochilas de comida para los niños indigentes en sus comunidades; o si alguna vez te has preguntado del por qué sus miembros se ofrecen como voluntarios para orientar a los estudiantes más pobres y vulnerables en sus condados; o del por qué recaudan dinero para misiones médicas a países extranjeros o del por qué construyen casas para Hábitat para la Humanidad, esto es al menos la razón del por qué. Yo digo que es parte de la razón porque hay otro lado de este tipo de dar. Muchas personas también encuentran un profundo significado e incluso sanidad en su propia entrega y servicio a los demás.

Sea cual sea la motivación, que tú y yo podamos seguir buscando maneras de cuidar por el más necesitado.

Oremos: Dios de Gracia, nos has creado de tal manera que, en el fondo, estamos conectados con todos tus hijos alrededor del mundo. Personas de cada nación, hablando cada idioma, y de cada raza son creadas y amadas por ti. Al abrirles nuestros corazones, que podamos también notar que estamos abriendo nuestros corazones a ti. Llénanos de nuevo con tu amor, para que sea nuestro para compartir. Lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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Bendición en la Lucha

Bendición en la Lucha

Una vez oí hablar de un joven naturista que encontró un capullo. Una nueva mariposa estaba luchando para salir de ella. Él estaba simplemente cautivado, sorprendido por este milagroso acontecimiento. Pero entonces cometió un grave error. Sacó su navaja y cortó el capullo para que la mariposa no tuviera que luchar para salir. Por supuesto, la mariposa salió volando –  pero era muy débil y no sobrevivió por mucho tiempo. Más tarde el joven supo que era débil porque nunca tuvo que luchar durante su propio nacimiento.

Tantas veces olvidamos que hay bendiciones en nuestras propias luchas; en nuestro esfuerzo por aprender una nueva disciplina o habilidad; en nuestra lucha por criar a nuestros hijos o cuidar de nuestros padres en su vejez; en nuestras propias batallas personales contra el ego egoísta o la adicción, e incluso al llevar nuestras cargas cotidianas. En el momento es muy difícil darse cuenta. Sin embargo, estas luchas, a veces, añaden profundidad a nuestro carácter y pone músculos a nuestra fe. Podemos volvernos fuertes espiritualmente y emocionalmente, y emerger en el otro lado con más profundidad, más sabios, más compasivos y más fieles.

En tus propias luchas de la vida, que recuerdes que Dios está contigo en estas dificultades. Que Dios te dé ojos para ver las bendiciones que están siempre presentes. Y que nunca pierdas la fe.

Oremos: Te amamos, Señor, y confiamos en que nos mantengas cerca. Incluso a través de la noche más oscura y el valle más profundo, tú siempre estás con nosotros. Te pedimos que nos concedas valor para enfrentar el momento. Forma en nosotros una fuerza interior y una fe lo suficientemente fuertes como para vernos a través de cualquier circunstancia. Mantennos siempre atentos a tus bendiciones que nos rodean por todos lados – incluso hoy. Amén.

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De la Esterilidad

De la Esterilidad

En su libro, Conjectues of a Guilty Bystander (Conjeturas de un Espectador Culpable), Thomas Merton reflexiona sobre la “Parábola de la Montaña del Buey escrita por Menicus,” señalando la importancia del “espíritu de la noche” y el “aliento del amanecer” para devolver la vida al bosque que había sido talado…Él escribe:

“Aunque el bosque de la Montaña del Buey ha sido talado hasta los cimientos, si se deja que la montaña descanse y se recupere durante la noche y el amanecer, los árboles regresarán. Pero los hombres lo talan, el ganado pasta en los nuevos brotes: no hay espíritu de la noche, no hay aliento del amanecer, no hay descanso, no hay renovación, y finalmente uno se convence de que nunca hubo bosques en la Montaña del Buey. Así, concluye Menicus, con la naturaleza humana. Sin el espíritu de la noche, el aliento del amanecer, el silencio, la pasividad, el descanso, la naturaleza del hombre no puede ser ella misma. En su esterilidad ya no es natural: nada crece de él, nada nace de él.” 

En conversaciones sobre este tema, algunas personas me han compartido la importancia de ayunar un día a la semana; ayunar, no de la comida, sino de las noticias de la televisión o de cadenas de cable, o incluso de la computadora. Otros han trabajado duro para recuperar cierta sensación del Sábado – un día para abstenerse de trabajar, de enviar correos electrónicos e incluso hacer tareas domésticas. Yo no creo que haya una manera correcta o incorrecta de hacerlo. Sin embargo, creo que vale la pena hacer la pregunta: En nuestra sociedad tecnológicamente acelerada, ¿Cómo es para mí el descanso y la renovación?

En Isaías (30:15) leemos esta promesa:

Porque así dice el Señor Omnipotente, el Santo de Israel:

En el arrepentimiento y la calma está su salvación, en la serenidad y la confianza está su fuerza.

Oremos: Dios de Gracia, a veces nuestras vidas se sienten estériles. Todos estamos muy familiarizados con la ansiedad y el estrés. Muéstranos aquellas cosas de las que necesitamos descansar, y condúcenos a prácticas que den vida. Y luego, por tu Espíritu Santo, sánanos, renuévanos y restáuranos. Amén.

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Sanación para el Alma

Sanación para el Alma

Hay una historia sobre cuatro pastores que se encontraron para una reunión con amistadas. Durante la conversación un pastor dijo: “Nuestra gente viene a nosotros y derrama sus corazones, confiesan sus pecados y necesidades. Deberíamos hacer lo mismo el uno para el otro. Después de todo, la confesión es buena para el alma.” A su debido tiempo, todos estuvieron de acuerdo. Uno de ellos dijo que tenía un problema con perder la paciencia en casa. El segundo confesó que le gustaba beber un poco de más. Y el tercero confesó que le gustaba tanto el golf que fingía estar enfermo para poder jugar los fines de semana. Cuando llegó el turno al cuarto, no se confesó. Los demás lo presionaron diciendo: “Vamos, nosotros confesamos lo nuestro. ¿Cuál es tu vicio secreto?” Finalmente, él respondió, “¡son los chismes y no puedo esperar para sacar todo a luz pública!”

 Es cierto que la confesión es buena para el alma. Pero, a diferencia del cuarto pastor, la confesión debe conducir al arrepentimiento –  al cambio. Es importante pedir disculpas por las malas acciones y enmendar cuando sea posible. Ese es un comienzo. Pero la verdadera sanación viene sólo cuando empezamos a vivir de manera diferente.

El Salmo 103 nos recuerda que: “Tan lejos de nosotros echó nuestras transgresiones como lejos del oriente está el occidente.” En Jesucristo hay perdón. Pero también hay valor y fuerza para vivir de manera diferente. ¡Gracias a Dios!

Nuestra oración de hoy viene del Salmo 51. Oremos: Ten compasión de mí, Oh Dios, conforme a tu gran amor. Lávame de toda mi maldad y límpiame de mi pecado. Crea en mí un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación; que un espíritu obediente me sostenga. Amén.

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Decir que Sí y Decir que No

Decir que Sí y Decir que No

Ayer reflexioné sobre la historia de Adán y Eva. La verdad es que siempre habrá tentaciones, no sólo de hacer lo que sabemos que no debemos hacer, sino también de tomar más de lo que necesitamos o de intentar tenerlo todo.

No nos gusta los límites, ¿verdad? En nuestra cultura, a menudo nos dicen ¡puedes tenerlo todo! ¡puedes hacerlo todo! ¡puedes serlo todo!

¿Pero es eso cierto?

Incluso en un nivel muy superficial, sabemos que no lo es. Pienso en mi hija Cori que toca la guitarra. Ahora está en la universidad, pero recuerdo que decidió que quería aprenden a tocar dicho instrumento. Si hoy le pides que toque algo, puede tocar casi cualquier música. Ella fue a All-State tres veces para estudiar guitarra clásica en la escuela secundaria y ahora toca bluegrass (i.e. subgénero de la música country). Y casi parece injusto – ella hace que parezca muy fácil. Ella se divierte mucho con eso. Pero para que ella llegara allí, para aprender, ella tuvo que decir “no” a otras 100 cosas. Fueron necesarias horas y horas y horas de práctica. Pero ella dijo: Estoy diciendo sí a esto intencionalmente.

¿No es así como suele funcionar? ¿Decir sí a una cosa no implica decir no a otras?

Pienso que, si quiero dejar de estar ansioso y tener una sensación más profunda de paz y centrado, entonces no puedo llenar cada momento libre con citas o reuniones. Tengo que sacar tiempo para la oración, la lectura y la meditación. Si quiero un buen matrimonio, entonces no puedo salir con mis amigos al bar todos los fines de semana. Si quiero evitar que un legado de amargura infecte a mis hijos, entonces no puedo compartir todo lo que sé. Si quiero estar equilibrado, centrado y conocer a Dios en un nivel más profundo, entonces habrá cosas a las que tendré que decir no.

De lo que me he dado cuenta es que el “no” no es un fin en sí mismo, pero el “no” abre posibilidades de crecimiento, profundidad y compromiso.

Pensando en retrospectiva en la historia de Adán y Eva – si esta es una historia que no sólo sucedió – sino que sucede, hace surgir las preguntas: ¿Cómo puedo reconocer cuál es la tentación para mí hoy? En este mundo de abundancia, ¿Cuáles son los límites que dan vida? ¿Qué invito a mi vida y qué rechazo? ¿A qué le digo que sí? Y ¿A qué le digo que no?

Esas no siempre son preguntas fáciles de responder. Pero muchos han descubierto que un poco de reflexión y oración son de gran ayuda.

Oremos: Dios de Gracia, ayúdanos a ser el tipo de personas que viven vidas intencionales y reflexivas – para que podamos saber cuál es el siguiente paso correcto que debemos dar. Que podamos reconocer los límites de lo que es bueno, saludable y dador de vida. Que busquemos tu guía y sigamos tu ejemplo. En el nombre de Cristo. Amén.

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